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para verter en ellas materiales de desecho, o bien útiles
solamente si se les desecaba o se les llenaba para convertirles
en apropiadas para uso terrestre.
A condición de que mantengamos las esperanzas de
rendimiento dentro de limites ecológicos razonables, el cultivo de
ostras y demás mariscos constituye una forma apropiada de
aprovechar la productividad natural de los estuarios. Y puesto
que las ostras son sensibles a la contaminación, el hecho de
tener una inversión en semejante cultivo constituirá también , a su
vez, un elemento disuasivo contra aquella.
Capitulo resumido de Odum. 1972. Ecologia. Tercera Edición.
Editorial Interamericana. México, 640 p.
Para completar esta unidad se recomienda ver la peHcula El Mar,
número 197.
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