LA
TERCERA FUNCiÓN DE LA UNIVERSIDAD
nen dificultades socioeconómicas para acceder a estas tecnologías .
aunque si vemos su velocidad de cambio lo serán en poco tiempo.
Uno de los rasgos centrales. para esta discusión . es la concep–
ción que tienen sobre las formas de enseñanza y aprendizaje tanto el
mundo laboral. por un lado. como la generación de jóvenes por el otro.
En ambos casos se privilegia la práctica . el aprendizaje por la expe–
riencia . de manera abrumadora . rechazando la teorización no aplica–
da. las explicaciones verbales o escritas largas. y enfatizando. por el
contrario. la organización cooperativa del trabajo y del aprendizaje.
Hay muchas diferencias
(y
matices en esta caracterización general)
entre estos dos grupos o sectores. y no siempre hay que pensar sus
posiciones como correctas en todos los sentidos . pero no cabe du–
da que representan una crítica directa a las maneras tradicionales de
la enseñanza universitaria. En el caso de los jóvenes es obvio y basta
con ver lo que hacen cuando entran en un aula de ordenadores . sea
en un instituto o en la universidad: conectarse a su correo . sitios Web
y mensajería instantánea. de manera paralela al profesor y su clase ;
ésta puede ser interesante o no. pero su necesidad de comunicación
se muestra como más importante. En muchas empresas . una cierta
deconfianza hacia la formación recibida en la universidad . que debe
ser re-contextualizada y re-hecha por la propia empresa. por conside–
rarla excesivamente formal y poco orientada a los problemas y nece–
sidades reales. Sin duda. ambos tienen una buena dosis de razón .
2. ¿Qué papel juega la enseñanza virtual y semipresencial en
este
puzzle?
Ciertamente no el que algunos proclaman . sean tecnó–
filos o tecnófobos . que la sitúan. para bien o para mal. como el eje de
discusión principal en relación a la enseñanza universitaria. Sin negar
su importancia
(y.
a riesgo de parecer contradictorios . en algún momen–
to su consideración es decisiva como ya veremos). tradicionalmente
la modalidad de enseñanza se ha supeditado siempre a unos fines y
objetivos que la orientan y casi determinan. Pero esta visión . tradicio–
nal por ser racionalista . debe matizarse en un doble sentido. histórico
•••
25
1...,13,14,15,16,17,18,19,20,21,22 24,25,26,27,28,29,30,31,32,33,...184