químicas (2317) y las que conforman la industria del vesti–
do (2421, 2422, 2423, 2424, 2425 y 2427); estas clases, a pe–
sar de que en cantidad no son significativas, en cuanto a su
importancia son relevantes, no sólo por su participación en
el V.B.P. del complejo (66.0% en 1970), sino también
por encontrarse entre ellas el núcleo técnico y, en gene–
ral, la mayor proporción de las clases de la 1° y 2° etapa,
que son las principales proveedoras del complejo; las
seis clases de la industria del vestido son las más impor–
tantes de la 3° etapa y representaron en 1970 el 54.5%
del V.B.P. total de esta etapa.
En los años sesenta se inició en el país la producción
de fibras sintéticas, lo que dio una nueva dinámica a la
industria textil generando una tendencia a la sustitución
de fibras naturales por las de origen químico, situación
que se agudiza en el período analizado. Así, se observa que
mientras la producción de fibras naturales creció a una ta–
sa promedio anual (TMCA) de - 0 . 2% , ' * la de fibras
químicas creció al 12.7% con lo que se presentaron im–
portantes variaciones en sus respectivas participaciones
en el total, ya que las químicas pasaron de representar el
29 . 3% en 1970 al 61.2% en 1980.'* Este acelerado auge
de las fibras químicas se debió en particular al de las sin–
téticas, que presentó tasas de crecimiento del 17.4%
promedio anual en el período, llegando a participar en
1980 con el 56.6% del total. Ello se reflejó en el creci–
miento de hilado y tejido de fibras químicas que presentó
una tasa de incremento promedio anual de 4 . 3% en el pe–
ríodo 1970-1981, mientras que el hilado y tejido de algo-
'^Este decremento se explica principalmente por el estancamiento en la
producción nacional de algodón y lana, ya que la producción de algodón pre–
senta un crecimiento del 1.0% promedio en el periodo y la lana disminuyó al
4.4% (Ver CANAINTEX, Memorias estadísticas 1982 p. 34).
"Ver Cuadro No.
5
del Anexo.