Ahora bien, es muy importante hacer notar que és–
tas dos medidas se construyen desde
el
punto de vista de
la
demanda,
ya que en el modelo de Leontief, ésta es la
variable exógena del sistema de cantidades. Los índices
se construyen evaluando la demanda de un sector sobre
todo el sistema, en un caso, y ev^uando la demanda de to–
do el sistema sobre un sector, en el otro.
Manejando los conceptos de la dualidad sostenemos
que el mismo modelo permite la construcción de índices
de encadenamiento desde el punto de vista de la
oferta»
cuya interpretación es análoga a los que se manejan tra–
dicionalmente desde el punto de vista de la demanda.
Obtendremos, más adelante el indicador que evalúa
cómo la oferta de bienes de un determinado sector posi–
bilita la expansión del sistema en su conjunto. De la mis–
ma manera, se obtendrá un indicador que muestre cómo
la oferta de todo el sistema incide sobre la producción de
un sector en particular.
Este camino puede ser útil para una mejor compren–
sión del por qué, ante políticas de crecimiento, algunos
sectores no responden a las facilidades que se les da para
su desarrollo o por qué surgen cuellos de botella. En
otras palabras, las ramas con niveles de encadenamiento
elevado hacía atrás son promotoras de la expansión eco–
nómica del sistema en su conjunto, ya que registran el
impacto de los cambios de la demanda final, y los tradu–
cen al resto de las ramas como demanda de insumos di–
rectos e indirectos.
Por otra p
£Ute,
las ramas con un alto nivel de encade–
namiento hacia adelante juegan un papel opuesto al de las
anteriores. Estas ramas son las que abastecen al sistema
econónomico en su conjunto con los insumos y servicios
necesarios que éste requiere para su crecimiento. Por
tanto su expansión deberá adelantarse al crecimiento de