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Escritura itàiica.
Mayúsculas y minúsculas
La tipografía es heredera de dos formas alfabéticas que se derivan la una
de la otra; la forma mayúscula y la forma minúscula.
La mayúscula es la forma más antigua de la escritura, como transfor–
mación de signos pictográficos. Con ella se produjo la invención del
alfabeto por los fenicios, más tarde complementado por los griegos y
transmitido a Occidente por los romanos.
La función de esta forma se transmite hasta la actualidad para iniciar los
nombres propios y enfatizar frases o párrafos.
La minúscula por su parte, detennina la incidencia histórica hacia la
cursividad. El hecho de escribir a mano las formas grabadas en piedra
conduce a una serie de redondamientos sucesivos y de trazos delgados
que asentúan la libertad de las horizontales para estirarse hacia arriba y
hacia abajo (ascendentes y descendentes). En la época de Gutemberg, la
minúscula se había convertido en la "escritura de Libro" por exelencia.
Otra escritura, derivada de la que utilizaban los calígrafos, es la llamada
"itálica". La creó en 1501 Aldo Manuzio y procede de la cancilleresca, es
decir, de la escritura que se utilizaba en las cancillerías romanas. Esta
escritura cuyas fonnas son más cursivas que las de la minúscula normal,
con el tiempo fue tomando un valor de señalización en los textos.
Historia de la Tipografía
Comienza con la redonda "humanista" del siglo XV (Humana) convir–
tiéndose en el siglo XVI, en la Redonda de Garamond y la Geralda de
Aldo Manuzio. Desde mediados del siglo XVII hasta mediados del siglo
XVIII surge una forma más contrastada, ta redonda llamada de transición
(o Real). Más tarde, en el siglo XIX aparecen las redondas de Didot y de
Bodoni (Didone) en las que se alcanza el máximo contraste entre el trazo
grueso y los perfiles.
Con la Revolución Industrial la tipografía adquiere nuevas fomias de
expresión. A la distinción entre redonda y cursiva se añaden los valores