Las acciones accidentales son las que están sujetas a
mayor incertidumbre.
De acuerdo con lo anterior todas las acciones son va–
riables aleatorias
y
prácticamente en ningún caso puede fijarse
un límite superior que no pued 'a ser excedido por la intensidad
de la acci6n.
Po~
lo tanto, si en el diseño se quiere tomar un
valor conservador, éste deberá fijarse con criterios probabilís–
ticos; o sea, que este valor deberá ser tal que la probabilidad
de que sea excedido sea pequeña y prefijada. En el Reglamento
del D.F. se ha llamado a tal valor conservador intensidad nomi–
~al
de la acci6h, que se define como el valor que tiene una pro–
babilidad del
2
por ciento de ser excedido; éste representa lo
que podría llamarse un valor máximo probable.
En otros regla-
mentos se fijan probabilidades que varían entre
t
y
10
por cien–
to.
Existen casos para los que es más desfavorable que al
guna acción tome un valor mínimo, como el efecto de la carga vi,
va cuando se esté revisando el riesgo de volteo de una estructu–
ra. En estos casos, para ser conservadores en el diseño"hay
que considerar un valor mínimo probable, que debe fijarse ' con el
mismo criterio anterior; o sea, tal que la probabilidad de que
no sea alcanzado sea del 2 por ciento. Para la carga viva
usualmente existe una probabilidad no despreciable de que su va–
lor sea cero en algún momento. Por lo tanto, cuando su efecto
sea favorable para la
esta~ilidad
de la estructura, la carga vi–
va deberá considerarse nula.
Los valores nominales máximo probable y mínimo proba-
I
ble de las cargas"5e fijan con base en las distribuciones de
~
babilidades de la variable; éstas se determinan con base en la
información estadística existente o en la suposición de un mode–
lo matemático o en ambos.
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