para peces, anfibios
r
reptiks en general (Pianka,
1966b; Schocncr, 1975, 197i: Barbault
r
MauT)'.
1981 : WinemilJer
r
Pianka, 1990), y para laceni.
líos en particular (Barbaull ,1
al., 19i8:
MaUr)'
r
BarbaulL, 1981; Sánchez.TI·ejo. 1997).
Con la base en la selecciÓll del microh,ibit;l!. se
puede plantear que la cOlllullidad herllClOlógica
de
la
ciénega de T láhuac est;i orgallilada en dos
gremios: el primero. caracterizado por el grupo
(le los lacert ilios )' ophidios. y
el
segu udo, por el
grupo (le anfibios), la serpiente asociada al espejo
de agua; dichos gremios se cOllforman en relación
a la wilización diferencial de
Illicrohábilal~.
La di·
ferencia entre amhos gremios se observa en la (i·
gura 6. estableciéndose a Ull nivel de significancia
estadística clel 95%.
Lo anterior está relacionado a su vez con la
disponibili(lad de alimento. permitiendo la reduc–
ción o amplitud de las relaciones ilLteresped licas n
medida que OuCtllan [as condiciones ,unbielllak-s )"
microhábitats adecuados. modifican<,lo en cierto
grado el funcionamiento de la cOlllunida{1 (Culié–
rrez·j\layén )" Sánchel.Trejo. [986). Al respeclO.
Pianka (1967). en un estudio de las asociaciones
(1.;
lagartijas non ealllericanas. CnCOlllrÓ que el tielllpo
ecológico. la helerogeneidnd esp:¡cial.
la
cxtensióll
(le la estaciÓIl de crecimiento. el ascellSo de la esta·
cióll caliente)' la p rod uctividad. estuvieron rela·
cionados con el número de
eSl)(~cies
illcidelltes eH
un área.
La
heterogeneidad espacial. por talllO. es
el factor más importante del ambiel\te, Silu'lciÓn
que se reflejó en los hábitats que componen la cié·
llega de Tlá huac. Lo anteriur a sido reportado por
otros aUlOres. quienes seÍlalall (llIe los organismos
tienden a emple;lr COIl mayor frecuencia los recuro
sos más abunualltes. Los resultados apOral! el pos·
tu lado que d ice: <Iue especies con diferentes
modos de forrajeo y utilización cspncial coexisten
en el mismo hábitat.
En cOllseeuencia, Aruold (1972) considera <IUC
la repart ición de recu rsos se reali/A'! por ulla gr.J1l
variedad de complejos lllecanislllos; otros aUlOres
piensan que pucdell haher ciertos grados de pre·
ferencia por c!Clerminados rt"(;ursos o porciones
del recurso. como lo han considerado J\lacAnhur
}' LCI'ins (1964» ' Orians)' HOTll (1969). y que ell
este caso. como ya lo han prop uesto fI-lacArthur )'
Piallka (196G). la relación competencia.coexisten·
cia está delermin:LIltemente influida por
la
rcduc·
59
ción o espt"(;ialización ell
el
espacio prillcipalmeme.
aUll(lue tambiéll podrían tener importancia olros
e!cllle11l0S COIIIO
cl
alimento)' 1 .. ;¡ui\'irlad.
Cabe resaltar la importancia de estOs organis–
mos cuando se I'alora su papel ell la cadena Iróli–
ca. ya que sus dos características. de cctOtcrmia )'
elnletaoolislllo al1aerÓhico. leos hacen rC{IUerir ba–
j;ls tasas de energía, pero poseer mu\ alta eficien·
cia ell la conl'!:rsiól1 de biomasa. AunadO;1 esto, el
análisis del
.lllIlu.\
r distribución (lue prcsellla la
herpetofaulla muestra su gran relevancia ell
el
c<:osistellla, por lo 11ue resulta prioritaria su COII–
serl'aetón
En cuanto al slall/< que preselltall los allfibios)'
reptiles reporla{los en la ciéllega,
el
:".(")'.l,
de ]¡ISes·
pc<:ies se encuelllran bajo algún grado de illlp:leto
( r abIa 4).
CoIllO se plIe,le ohservar. UIl e!c,·a(lo porcen–
t:tic de especies se elleUtnlrall ell situación crítica.
ya sea por
l'~tar
amcnal.ad:ls. ser raras O por en·
COlllrarsc sujetas a protección especial.
E~
impor.
tallle seilalar que aun existe la prescncia dt un
gran IlUIllCro (!c especies elldémicas. e incluso de
especies de distrintu..iÓn local. como
Amu.l"SIOmll 111"
.\·1((1111011
n -abla 4).
A manera de conclusióH.
la
cstructura de la eo·
munidad de anfibius }' repliles es ,lin;ímica en
el
tiempo. moslramlo UII p;ltróll teutpor:.1 que sugie·
re Ulla compleja urganil.ación. 1...;, eSlrUClUra se en·
cucntra regida primariamellle pur las cOlldiciolles
del h{dJital, es decir. por b
di~ponilJilidad
de
lo~
recursos espaciales: por lo (Iue de presclltarsc lila·
rores cambios el! I:ts eOlldiciones del hábit.,! se Ile·
garía a la erradkaciólI (le estas especi" c incluso a
la extillcióll de las pertcllcielltt"s al .¡;rllpo de las
elldóllicas al D.F.. prillcipalmente 1,ISacuáticas.
Las especies de pcces ' Iue cst{m presclltes en la
ciélleg.l de Tláhuac. snll ;Iquellas (IUC pertellt"(;ic–
I"On :l los lagos relictos del V,llle de l\1l:xicu. así
e011l0 las que fueron introducidas. De acuerdo (011
Espillosa
f(al.
(199:»
r
Flores) Gerel. (1994). p.lra
el
D.F.. las especies lTgistra<l;ls (IUe(lan inclui(las
('11 cuat ro f'lmillas. siete géneros)" die"t especies. de
las cuales una fue i"troducida.
La \";lriec!a{1 de eS]lc<:ies de
la
C01l111llÍcLl(1 ictio–
lógica fue COllst:mte ). 11IU)' b;ya (tres especies). EII
rclaciólI a su IlUllltrO )' peso. domina
GmmJ¡–
",(hlh)"s
¡Ill1lpnfllJ
e01110 la especie mejor adaptada.
)01 (Iue pue{lc tolerar gralldes alter:\Ciones de sus
1...,53,54,55,56,57,58,59,60,61,62 64,65,66,67,68,69,70,71,72,73,...128