se hable. Los derectlOS de la mujer son una asignatura pendiente de la nación mexicana y se requiere
responder a las justas demandas de estas, desde una perspectiva de genero en el universo de los
grupos étnicos del país. Esto implica de nuestra parte como ciudadanos, no solo el conocimiento de
la situación de la mujer, sino de nuestra participación política activa.
Es necesario discernir respecto a la visión que se tiene de lo femenino y el papel que desempei'\a la
masculinidad en la sociedad
y
para este caso en la comunidad indlgena, considerando la relación
entre ambos géneros, en un universo tradicional en la cual de hecho existe una subordinación cultural
ancestral de la mujer validada por la tradiciÓn mitológica y aceptada por la mujer con naturalidad.
Asimismo en el estudio de las relaciones de parentesco y las funciones que cada uno cumple,
revalorizar el papel de los mitos del origen y de ser posible cuestionar sus orientaciones machistas, e
alll que sea posible encontrar los porqués de la desigua!dad de los sexos: Marvin Harris sel'\ala en un
estudio de los Yonomama del Brasil que la violencia de los hombres hacia las mujeres y el estatus de
dominio de estos es fundamentalmente por la sobrevivencia a nivel territorial y aqul también hay que
considerar la interiorización de las mujeres por tener este rol.
Nuestra sabidur1a recibida en esta cuestión consiste en que los varones son naturalmente más
agresivos y feroces porque el papel del sexo masculino es evidentemente agresiv<? Pero el vinculo
entre sexo
y
agresión es tan artificial como el vinculo entre infanticidio
y
guerra. El sexo es fuente
de energia agresiva
y
comportamiento cruel solo porque los sistemas sociales machistas
expropian las recompensas sexuales, las distribuyen entre los varones agresivos
y
las niegan a los
varones no agresivos, pasivos (Harris, 1996:100).
No hay razón para que no se imponga a las mujeres. Los hombres disenan y sancionan mucho mas
que las mujeres el umbral sexual y que en ninguna situación en la barca experimental se aprecian
inhibiciones y al haber integración no hay frustración sexual y por lo tanto no hay conflictos o violencia
que pueda relacionarse con el orden sexual.
La violencia no existe en sociedades adultas en donde existen normas de comportamiento, de
conocimiento presexual entre ninos y jóvenes desinhibidos tanto en relación con adultos. Prescott en
1975 lo manifestó en el estudio de 49 sociedades primitivas. Concluye que al no existir inhibición y la
concomitante frustración, el sexo no da pie experimental
y
teóricamente, a violencia alguna.
La violencia se ejerce a través de la masculinidad creándose una situación de dependencia del poder
y de dominio absoluto de este en las comunidades primitivas y para este caso en las indígenas.
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