Es preciso abordar, en consecuencia, la determina­
ción de los espacios que corresponden a los complejos
específicos. No hay en principio criterios únicos para la
delimitación empírica del complejo. Estos podrían ser
elegidos dentro de una gama de posibilidades, tanto si se
trabaja a nivel de establecimiento como de empresa,
producto o subrama. Si se adopta el criterio de perte­
nencia, partiendo de que se cumpla con la condición de
que un cierto porcentaje de la producción esté dirigido
al complejo, quedarán incluidas aquellas actividades
que pertenecen sin duda al complejo. En cambio otras
actividades cuya pertenencia solamente se cumple para
algunas empresas, resultaría en principio indetermina­
das. La limitación de este método consiste en que si el
porcentaje es muy alto, quedarán fuera actividades cuya
producción decisiva pertenece al complejo. Si el porcen­
taje es muy bajo se corre el riesgo inverso, es decir, que
entren actividades cuya producción orientada hacia el
interior del complejo sea secundaria.
Si se adopta el criterio de pertenencia según produc­
ción principal, se corre el riesgo de incluir como pertene­
ciente al complejo —por una leve diferencia en el destino
de la producción-actividades que en realidad son produc­
toras de insumos difundidos. En la práctica no se podrá
decidir antes de analizar caso por caso. Sobre este tema
se vuelve más adelante en relación con la forma en que
se construyó el mapa de complejos en México.
Definido el espacio dentro del cual se ejercen las re­
laciones de control oligopólico, es preciso identificar los
principales agentes de las relaciones oligopólicas. Estos
se han especificado como sigue: E.T.; grandes corpora­
ciones financieras o grupos económicos; GE , grandes
empresas nacionales; EE, empresas del Estado.
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