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bergue de personas entre el puerto citado y la capital
de la Nueva España. Algunos autores sostienen que
el Obispo Garcés no estaba de acuerdo con la ubi-
cación que actualmente tiene la ciudad y que fueron
los franciscanos los que lo decidieron, otros que fue
Fray Toribio de Benavente, etc.; lo que nos parece
preciso señalar es la audacia de los españoles para
seleccionar el sitio y la participación activa de los tlax-
caltecas, conocedores de la región, para recomen-
dar el lugar del nuevo asentamiento.
4
Es importante
también mencionar la falta de disposición de la pe-
queña comunidad de Totomehuacan para que allí se
realizara el nuevo asentamiento, ya que afectaba las
propiedades que hasta ese momento les pertenecie-
ron, aunque su condición de poder en ese momento
estaba debilitada por la sujeción que habían sufrido
por parte de los guerreros de Tepeaca.
La segunda Audiencia, en ese momento con
mayor poder político que el virrey, estaba formada
por cuatro hombres: los licenciados Salmerón, Mal-
donado, Caynos y Vasco de Quiroga, eran hombres
instruidos y humanistas, que habían leído las obras
progresistas del renacimiento.
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Ellos apoyaron inten-
samente la fundación de la ciudad.
Los frailes franciscanos fueron la primera orden
que tuvo presencia en la región y quienes participa-
ron en los trabajos materiales y de evangelización
indígena en la fundación de la ciudad. Su represen-
tante Fray Toribio de Benavente (Motolinia), conside-
rado humanista y protector indígena tuvo una partici-
pación fundamental en este proceso.
La fundación de la ciudad de Puebla es una
experiencia innovadora de la época por sus carac-
terísticas renacentistas tanto en lo social como en
la morfología y traza de la ciudad. Fue concebida
inicialmente como una ciudad para pobladores es-
pañoles, aunque considerando la presencia indígena
en condiciones menos violentas en términos de ex-
4 Se creó el mito de que el Obispo
Julián Garcés en un sueño recibió de
los ángeles la comunicación de fundar
la nueva ciudad novohispana en el sitio
que actualmente ocupa Puebla, aunque
sin duda fueron los nobles tlaxcaltecas
quienes aconsejaron al obispo en vigilia
sobre la ubicación más adecuada de la
entonces Ciudad de Los Ángeles.
5 François Chevalier en Contreras y
Cuenya (2000, p. 34).
plotación y trato que en el resto de la Nueva Espa-
ña. Un referente fundamental para la fundación de
Puebla es el hospital de Santa Fe (cerca de Ciudad
de México) ideado y definido por Vasco de Quiro-
ga y basado en los planteamientos establecidos en
la obra
Utopía
, de Tomás Moro. De hecho había re-
lación social y coincidencia política entre Vasco de
Quiroga, Juan de Salmerón y Toribio de Benavente.
El licenciado Salmerón estableció que la ciudad de
pobladores españoles no iba a reproducir el sistema
de encomiendas,
6
con lo que establecía una nueva
relación entre españoles e indios, es decir un cambio
cualitativo de la condición española de conquistador
a colonizador.
Los eventos prácticos de la construcción de la
ciudad no permitieron un seguimiento formal de las
ideas de Salmerón, pues, desde la Fundación de la
ciudad, se requirió de la participación indígena en
el trazo de la ciudad, la edificación de las casas e
inmuebles para diversos usos y el servicio domés-
tico que requirió la clase dominante. De allí que a
los primeros colonos se les asignaron, a cada uno,
treinta indios por noventa días y veinte más para el
desmonte de sus huertas,
7
aunque, los períodos de
tiempo se ampliaron en varias ocasiones.
La ciudad de Puebla se estableció consciente-
mente en un lugar que no hubiera sido ocupado por
población indígena. Esta decisión tomada por Sal-
merón implicó ventajas y desventajas.
Las ventajas consistieron en:
a. La relativa ausencia de conflictos por la re-
partición de la propiedad, esto posibilitó la asigna-
ción de los solares a los españoles de la ciudad pla-
nificada.
b. Iniciar una experiencia con ausencia de en-
comiendas para los españoles.
6 La encomienda consistía en la asig-
nación de un número mayor de veinte
indios que estaban al servicio y la ex-
plotación del trabajo por el encomende-
ro español, era el Señor de “tributos” y
servicios del grupo de indígenas.
7 Ver Contreras Cruz y Cuenya (2000,
p. 22).