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Estudios de Arquitectura Bioclimática Vol. X
mos “latentes”, operar adecuadamente las ventanas
abriéndolas para disipar calor ó cerrándolas evitan-
do con ello infiltraciones en época de frío, colocar
árboles o vegetación caducifolia frente a las venta-
nas para sombrearlas en el verano y asolearlas en el
invierno, portar ropa adecuada a la época del año
empleando la calefacción y/o el aire acondicionado
exclusivamente cuando es indispensable y aumen-
tar el rango de operación del termostato cuando se
dispone de equipos de acondicionamiento artificial,
emplear llaves y regaderas de bajo consumo, instalar
sistemas de calefacción solar para el agua domésti-
ca, etc. tendrán repercusiones muy significativas en
el desempeño de los edificios.
calentamiento global
y
cambio
climático
Si bien existía un número importante de artículos y
evidencia científica sobre el incremento de la tem-
peratura atmosférica y sus posibles consecuencias
climatológicas, físicas, económicas y sociales para
los humanos y otras especies, para la mayoría de los
individuos –y particularmente para el público esta-
dounidense- fue el documental y libro de Al Gore
Una Verdad Incómoda
1
el que detonó una mayor
conciencia social de este problema.
El calentamiento global está directamente relaciona-
do con la forma en la que construimos nuestras edifi-
caciones y planeamos las ciudades. Cada nuevo frac-
cionamiento, edificio o vivienda contribuye en forma
importante a las emisiones de gases de efecto inver-
nadero, ya que por una parte estos edificios y vivien-
das requerirán materiales, energía y transporte para
ser construidos, destruirán o alterarán definitivamen-
te el hábitat natural donde se ubican, durante su vida
útil usarán cotidianamente gas, agua y electricidad
como sus insumos básicos y generarán basura.
Un ejemplo de esto lo constituye el desarrollo turís-
tico de Cancún, en el extremo Noreste de la penín-
sula de Yucatán. Originalmente en una isla calcárea
rodeada de bancos de arena blanca muy fina, el de-
sarrollo integralmente planeado planteado por FO-
NATUR en 1974 exigía alturas de no más de cinco ni-
veles, así como restricciones en cuanto a distancias a
la costa y densidad de uso. El éxito comercial de Can-
cún provocó que las autoridades locales cambiaran
el uso de suelo incrementando la altura de los edifi-
cios hasta 20 niveles y su densidad de construcción.
El 20 de octubre del 2005, Cancun fue afectado por
el huracán Wilma, de clase cinco. En 72 horas produ-
jo daños por 3,000 millones de dólares y dejó para-
lizada a la actividad turística de la zona durante seis
meses. Sin embargo la consecuencia más notable de
este fenómeno fue la desaparición de las playas de
arena blanca que le habían dado fama internacional.
Tratando de remediar el desastre, se inició un pro-
grama federal de “regeneración de playas” trayendo
arena de bancos en un radio de 100 kilómetros con
un enorme costo económico y ambiental. En menos
de 4 años esta arena ha sido removida dos veces por
las corrientes marinas y el viento, particularmente
durante las tormentas. En la actualidad (2009) se de-
bate la necesidad de traer arena de la isla de Cozumel
Puerto de Cancún después del huracán Wilma.
1 Gore, Al. An Inconvinient truth 2006