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ргоылсклавоо.
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Kmeticr» а 111dominio, bin duda ci fui de la £ d a d Media dista
tó a impulsar la incipieate marina de Holanda у a ponerla en la
roudlo
de revelar a eiie respecto una orientaciAn definida
у
una
posibilidad d e emprender contra la Hansa leulinica ta competen-
política oansciente del pmpuuto
«
геаШаг. N o »e
eia que iriuíifari en et siguienie siglo*' Coombuye al desarrollo
diicjeroen en ella, c u la mayoría de loa casos, tino tendenciai Loier-
de la manna v de la pese* holandrsaa. iavoredda 1* legunda por el
miiemw- Sio e n j ü i p i , éstas ю п d e tal hidele que
a
imposible
invento, en 1380, del barrii de u e n q u » . у al del puerto d e A m -
poner en tela de juicio que, jiempiT qtW! tuvo la fuerza de hacerlo,
Ьегея, q u e . desde aquella ípoca, arrebata a Brujai l u preponde-
el Estado poco a poco
tronó
el сапшю del mercantllismu. Esa
rancia, ü n siglo m á s taide. Amberei «e convirtió en la plaza
dt
palabra no puede emplearse aquí sin a m p l i » mlricciones. M a s
comercio mis grande del mundo.
por ajeno q u e lea aún a iod gabiemos de fines del siglo xiv y de
Arruinada por l i Guerra d e 1 « Cien АБоа. Francia tuvo q u e
principioa del ]cv el concepto d e una economía nacional,
\o
cierto
esperar el reino de Luis X I par* sentir a lu vex los efectos d e ta po-
a
que fu conduca revela el deseo de proteger la industria
y
el
|¡tjca real, que se
esfoR6,
con la e n e r v a y la habilidad que Ькки
comercio de lus subditos d e los del extranjero, y, a u n , en al-
amocen, en producir su lenacinüento econfimíco. AI mismo tiem-
glüUx casos, d e introducir CQ Su pab nuevas formas d e actividad-
po que asegura «E predominio d e la feria d e Lyon sobre la d eGé-
A este respecto и han inspirado en el ejemplo d e b u vilUu. Su
nova, cierra la Bor^nña real a la ul de Salíns (en el Franco-Con¬
política es,en el fondo, únicamente гш* política urbana extendida
dado), trata d e adíinitir loi gusanos de seda en el reioo y de
haiw loa límites del Estado. D e la poiitka urbana conserva el ca-
inirodiicu la industria mmera en el Delfinado, el rey piensa en
rácter
: el proteccionismo. Se iiúcia ta evolucién que, a la
organizar en su embajada d e Londres u n a «pede d e е9ф01)С10п,
poftre. rompiendo con el intemactonaJiímo medieval, impregnará
a fm d e que los inglees "соткисап con tu* propios O J Mq u e loa
a k a Esiadot, une* frente a «uot, d e un partjculariímo tan e»clu-
mercaderM de Francia son tan ptxJrnisoi согтю tos de tas detnii
livo como lo fue el d e I M audades durante siglos.
nationea para luriirloi".**
La anarquí?^ pcJitíca
ác
Alemania
nO
le peimitiu cmiut ta COn-
Frincipioi
¿t
Bfu
poUiica
mrrcanlíSuta.
D e esta evoIuci6o, k «
ducta d e lul vecinas ocddcDtales, puei caieciú e n t o n r » de u n
p r i m e ™ indicios
к
revelaron en Inglaterra, es decir, e n el país que
gobierno central. La eapansión capiuliit* que se manifiesta en
disfruta de una unidad de gobitmo mils fuene q u e la de cualqiiicr
aquella ¿poca en las villas del Sur. en Nuremberg y, sobre todo,
otro. D»de la primera mitad dEl liglo xiv, Eduardo perno en ргт>-
en
Augtburgo, y que provoca la prosperidad de las minas del Tirol
hibir
ía
importación de loí paüos extranjeros, exceptuado» aquello»
y Bohemia, nada debe a la intluencta
аи\
Estado,
que estaban destinados a la nobleza. Eduardo ГЦ introdujo en el
E n cuanto a Italia, dividida entre 1оч princiocs y las repúblicas
reino, a partir de 1331, algunos tejedorts flamencos. M á s signlfí-
puipian por la preponderancia, siffuió dividida e n territorio»
cativa aún e» la promulgación, en I3(ll, de un acta que reservaba
econumíroi independientes, entre
\гя
cuales, cuando menos dttí,
la navegación del país a loi barCO» ingleses y q u e era como u n a
Venccia y Gínova, eran, gracias a sus establecimientos d e Levante
lejana anticipación, cuya reaJÜcacián era impoúble en aquella ¿po-
„ J^t m a r N e ^ , verdaderas potencias mercantiles. Además, la Su–
ca, de la c¿lebie AcU de Navegaciun d e Cromwell. El movimiento
ptcmacU itaüana liguíu siendo tan grande e n la banca y
Ы
(adus­
te acelera y se acentúa en el siglo xv. E n 1455, la mtroducción
d e lujo, n u e subsistió, a p n a r del fraccionamiento politico
de
lejirfcn dE seda
tr.
prohibe en favor de loa artesanos nació-
en el r e t o d e Europa, hasta el día e n q u e el deacubrimientr» d e
nales: e n 1463,
wt
prohibe a los extran^roi caponar lanas; ел 1464,
nuevas vLu hacia las Indias apartó la gran navegación y el gran
la prohibiciíin de la entrada d e )m paños del Continente anun-
comercio de Iw costì» del Mediterráneo y к и desvió hacia t i
d a la politica resueltamente protrctíonista y mercantiláia de Enri-
Atlinticc-
quc
vil [1485
-1509;, el primer rry modírno de InRlaierra. Ésta se
tía convertido resucltaioeme en un pah donde la industria domi–
na a la Bgníniltura.*
Tales loedidu pmvocaroD, ttatuialmehte, represalias en los Paí–
ses Bajos, ya que per}udicaban su manufactura m i s importante
El principe, que acaba de reunir bajo su cetro loa diversüi tcrrito-
ri-M, el dtique de Borgoña, FeUpe el Bueno ¡141&-i46?), repUca
prohibiendo a su vea la importación d e paño* ingleses. En aquella
tierra de trirlsitu que domina, la política económica no puede, sin
1...,75,76,77,78,79,80,81,82,83,84 86,87,88,89,90,91,92,93,94,95,...292