independientes" que cubre a. esas poblaciones en diversas partes del mundo inclusive -desde luego–
en los paises iberoamericanos.
Hacia finales de la misma década, en
1957,
la OIT adopta el "Convenio
107
relativo a la protección e
integración de las poblaciones indlgenas y de otras poblaciones tribuales y semitribuales en los países
independientes" y su texto
acompa~ante,
la Recomendación
104
sobre el mismo tema. El Convenio
entró en vigor el
12
de junio de
1959
36
y para enero de
1982
había sido ratificado por
27
paises,31
incluyendo a Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, México, Panamá, Paraguay
y Perú.
Estos textos eran ambos de claro carácter "integracionista proteccionista". Esas tendencias permearon
toda la acción de la OIT como institución encargada de coordinar y administrar la implementación del
programa indigenista andino emprendido dentro del marco del Programa Ampliado de Asistencia
Técnica de las Naciones Unidas por la ONU, la OIT, la UNESCO, la FAO y la OMS en la década de
los al'\os
50
a partir de
1954
38
y los países iberoamericanos suscribieron esas tendencias integradoras
proteccionistas.
~stas
inspiraron radicalmente sus disposiciones fundamentales y potitlcas relativas a
los pueblos indlgenas en las áreas sometidas a sus respectivas jurisdicciones.
Esas tendencias integradoras y proteccionistas veían a las sociedades indígenas como en etapa
inicial, elemental y primitiva de un proceso radicalmente unilineal de evolución. Según las mismas, la
condición de "indígenas" correspondía a un estado necesariamente transitorio hacia etapas de mayor
evolución y progreso, y que por ello desaparecería en la medida en que esos indlgenas fueran
paulatinamente incorporándose a las sociedades nacionales y siendo absorbidos por estas últimas,
perdiendo asl sus identidades diferenciadas, que quedarian diluidas en una identidad nacional más
amplia.
Ese integracionismo se traducía así en la práctica en un asimilacionismo que, consecuentemente,
consideraba a las sociedades indígenas como un fenómeno cultural en vlas de desaparición y
extinción, sin posibilidades de permanencia ni reproducción. Para los que sostenían esta tesis, el
proceso tenia que rematar, irremediablemente, en una "occidentalización", ya que se mantenia como
dogma irrefutable la superioridad de la cultura occidental, de la que los sectores predominantes se
sentían portadores
la
Información proporcionada por la OIT.
l7
Cuba y República Oominicana ratificaron ese instrumento internacional en solidaridad con los paises en los que viven pueblos
indlgenas.
JI
Puesto en marcha originamente en 1954, con el establecimiento de centros de acción en Bolivia, Ecuador y Perú
Posteriormente, se extendió a Colombia en 1960. a Chile
~
Argentina en 1961 ya Venezuela en 1964, mientras se iniciaban
también actividades similares en Guatemala.
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