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"Geysutk Sugg", distribuido por Vl!'rnoon Harcourt.
al vapor. aunque el paciente no podía alcanzar
la caldera en el caso de alguna emergencia o
avería
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En los Estados Unidos, una multitud cre–
ciente se dirigía hacia el Oeste, donde no
contaban con tuberías de agua corriente
y
alcantarillado; el baño portátil de vapor, que
se podía encargar por correo, resultó un siste–
ma muy práctico y de uso corriente durante
largo tiempo".
En la actualidad, los baños de vapor en sus
diferentes tipos. subsisten en su forma comu–
nitaria, habiendo quedado relrpados los siste–
mas particulares. para su uso en las institucio–
nes de control de peso
y
tratamientos corpo–
rales.
1D.7, El agua caliente
Aunque en las diferentes épocas de la historia
de la humanidad, el concepto del baño ha
variado en cuanto al uso de aire, vapor o agua,
una preocupación común fue ]a de calentar
estos medios para estimular al cuerpo y faci–
litar la relajación o la eliminación de toxinas
por medio del sudor.
En los baños romanos contaban con una
caldera o "hypocastum", el cual producía el
aire y el agua caliente utilizada en las termas,
además de calentar a través de un sofisticado
sistema de calefacción con cámaras caldeadas
bajo el suelo, todas las zonas del baño. Este
"hypocastum" consistía en un depósito
dUo–
drico de plomo, revestido de mampostería,
al
que llegaba el agua por una tubería también de
plomo, desde la cisterna de agua fría colocada
en la cocina
y
ésta era
calentada
por un horno
de leña que se encontraba debajo del depósito.
Baño de estaño
y
cobre con un pequeño horno unido.
año 1851.
Al ser introducido el baño islámico en el
Occidente. se producía vapor en los "ham–
mams", por medio de un montón de piedras
calentadas en un pequeño horno, a las que se
les vertía agua que se evaporara, saturando el
espacio del baño. Los baños de este tipo, se
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