registrado avances pero también ha enfrentado obstá–
culos. El Gatt por ejemplo, ha ampliado su radio de
acción, de 22 miembros con que contaba originalmen-
te.tenía en 1986,90 miembros y 30 más que aplicaban
sus reglamentos de facto, {Aho y Aronson,1986:8), e
incluso Rusia pidió recientemente su incorporación for–
mal a este organismo. (1)
Pero también hemos dé recordar que la Ronda
Uruguay del Gatt se encontró empantanada por varios
años, y el peligro de que una guerra comercial se desa–
tara fue constantemente planteado.
El entonces presidente del Banco Mundial,Barber
Conable y el director del FMl, Michael Camdessus,
hablando a los delegados de la Ronda Uruguay del Gatt
en diciembre de 1988, (2) coincidieron en señalar que las
nuevas medidas proteccionistas, además de las tarifas
aduanales, eran síntomas de una crisis en el comercio
internacional, que en ese momento no se había solucio–
nado aún.
Sin embargo, después de siete años de difíciles
negociaciones, en diciembre de 1993 (3), se logró llegar
a un nuevo acuerdo entre los 117 países participantes
en las negociaciones, lo que permitió abrigar nuevas
expectativas para la recuperación del crecimiento eco–
nómico internacional.
Otros casos nos ilustran sobre las dificultades que
la liberalización comercial ha tenido qué enfrentar, para–
dójicamente muchas veces producidas por los principa–
les países promotores de esas políticas. Una de las
últimas acciones del Presidente Reagan fue la aproba–
ción —después de 12 meses de intenso debate— del
Acta de Comercio y Competitividad de 1988 (Ómnibus
Trade and Competitlveness Act of 1988) la cual le daba
un carácter altamente proteccionista a la política de
comercio exterior norteamericana.
Pocos meses después de haberse promulgado la
citada ley, sus efectos empezaron a aparecer: países
como Japón, Brasil y la India fueron acusados por los EU
de realizar "prácticas de comercio desleal",(4) acusacio–
nes apoyadas legalmente por la sección 301 de la nueva
Acta de comercio.Asimismo, otros países, México entre
ellos, estaban en 'la lista', siendo observados para ver si
no realizaban comercio desleal.Aeste respecto,el repre–
sentante de la CEE ante el Gatt consideró que los
argumentos de los norteamericanos basados en la men–
cionada ley eran una "violación a la ley internacional" (5)
y varios países,entre ellos México, Noruega y Canadá re
chazaron las acusaciones norteamericanas.Los ejem–
plos en torno a la actitud proteccionista de los EU y de
muchos otros países propagandistas del libre comercio
abundan. Todavía está fresca en la memoria histórica de