clones se debían alcanzar sin cambiar fundamentalmen–
te ni la economía de mercado ni la estructura social de
clase.
Se requería por tanto, un Estado que, tuviera la dispo–
sición, responsabilidad, atribución y competencia para em–
prender la estmcturación del orden social (García-Pelayo,
1989: 23), garantizando al mismo tiempo el sistema de
intereses de la sociedad a la que representaba.
Sin embargo, la adaptación del Estado liberal bur–
gués a las nuevas condiciones Impuestas por la crisis y
por la guerra, transformó de manera radical el papel
desempeñado por el Estado, y condujo a una situación
en la que el poder público ganaría una enorme ascen–
dencia respecto al poder del sector privado.
EL ESTADO BENEFACTOR
Uno de los elementos que vino a plantear como
necesaria la regulación de la economía por parte del
Estado, fue la crisis económica mundial que se inició con
el 'crac' de la bolsa de valores de Nueva York en 1929,
y que duró con intensidad variable aproximadamente
diez años.{Galbraitn,1976:231) La crisis se extendió rá–
pidamente a otros países, y en 1931 el banco más
importante de Viena quebró, lo que precipitó la crisis
financiera en Europa, entre 1929 y 1932 el comercio
mundial se redujo a una tercera parte y los desemplea–
dos aumentaban alarmantemente, en 1932 había 15
millones de desempleados en EU y
6
millones en Ale–
mania. (Thomson,1992:132-134)
El enorme desequilibrio que produjo la llamada
Gran Depresión, mostró de manera evidente que las
teorías clásicas del equilibrio natural y el sistema de libre
mercado como mecanismos de ajuste automático para
la economía capitalista eran altamente deficientes. A
partir de entonces, las políticas económicas inspiradas
en las teorías keynesianas trajeron una redefinición ra–
dical entre Estado y economía. En este sentido, el punto
principal del keynesianismo consistía en las recomenda–
ciones de una mayor participación e intervención del
Estado en la economía de mercado, con el fin de dismi–
nuir el desempleo y aumentar la producción.
Pero por otro lado, el Estado benefactor se consti–
tuyó como una fórmula de seguridad social y de redistri–
bución de la renta, en aras de de la integración de los
sectores más desprotegidos de la sociedad, Esta ver–
tiente social, fundamental en la constitución del Estado
benefactor tuvo su origen a partir del reporte Beveridge
(Thomson, 1987: 191) elaborado en Inglaterra, el cual
tuvo enorme eco en los gobiernos de la posguerra.
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