Los suicidad en la literatura - page 197

Tomás Bernal Alanis 
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Y sabía que una vez más todo lo pasado estaba preescrito y todo lo rea-
lizado, destruido: Europa, nuestra patria, por la que habíamos vivido,
sería devastada más allá de nuestras propias vidas. Comenzaba algo di-
ferente, una época nueva, pero ¡cuántos infiernos y purgatorios había
que recorrer todavía para llegar a ella!
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La suerte estaba echada, Stefan y su esposa Lotte se suicidan a prin-
cipios de 1942 en Brasil. Las sombras del presente se habían posado
por fin sobre ese espíritu rebelde que vislumbró en el suicidio la
única forma de escapar a la barbarie humana.
V.
Opus Finis
Stefan Zweig es un digno representante del mundo burgués. Su es-
píritu libre y humanista lo convertían en uno de los autores de len-
gua alemana más leídos en la primera parte del siglo
xx
.
Su espíritu rebelde y aventurero le hace conocer múltiples reali-
dades de un mundo que parece fincado en principios inamovibles.
El mundo europeo de fin de siglo, sustentado en el progreso, la
ciencia, la cultura y el avance industrial hacen de Viena, la capital
austriaca, un hibridismo descomunal de manifestaciones culturales.
Poeta, traductor, ensayista, novelista, pero sobre todo, estudioso
del mundo que le tocó vivir, Zweig se convierte con su mirada clíni-
ca en un médico de almas. El estudio psicológico, profundo y versá-
til de sus personajes literarios hace de él un maestro de la condición
humana.
Observador profundo de la realidad social y microsocial, cono-
cedor de los deseos y pasiones humanas, Zweig encontró al final en
su vida atormentada el motivo de su final. Y como bien lo dice en ese
extraordinario libro de memorias:
El mundo de ayer
, el final de ellas
es el colofón de su vida.
Mientras regresaba a casa, de pronto observé mi sombra ante mí, del
mismo modo que veía la sombra de la otra guerra detrás de la actual.
Durante todo ese tiempo, aquella sombra ya no se apartó de mí; se cer-
nía sobre mis pensamientos noche y día, quizá su obscuro contorno se
proyecta también sobre muchas páginas de este libro. Pero toda sombra
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S. Zweig,
El mundo de ayer. Memorias de un europeo,
Barcelona, Acantilado,
2011, p. 546.
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