Myriam Rudoy C.
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dos. La muerte nos hace reflexionar, por un lado, en la relación que
hemos tenido con la persona fallecida, que se manifiesta en la me-
moria que nos hace reconstruirla, y por otro, sentimos la ausencia,
sufrimos la extrañeza y el dolor frente a la desaparición física. Esta
circunstancia nos hace preguntarnos qué hay más allá, y si hay o no
algo más. En el caso de Freud, como no era religioso, pensaba que
al morir todo terminaba.
Y sobre la manera en que la tristeza, el pesar y el recuerdo se in-
terrelacionan, citaremos un fragmento de una carta dirigida a Wil-
helm Fliess donde se refiere a la muerte de su padre:
Por alguno de esos oscuros caminos que corren detrás de la conciencia
“oficial”, la muerte del anciano me ha afectado hondamente. Le estima-
ba mucho y lo comprendía muy bien. Ejerció una gran influencia en mi
vida con su mezcla de sabiduría profunda y fantástica ligereza de áni-
mo. Cuando murió hacía tiempo que su vida había terminado, pero ante
la muerte todo el pasado vuelve a despertar dentro de uno mismo.
12
En
La interpretación de los sueños
ubica el estatus que le otorgará a
este hecho en su existencia:
[...] este libro tiene [...] una importancia subjetiva que no pude entender
hasta que lo hube concluido. Ha sido, ahora lo comprendo, una parte de
mi autoanálisis, mi reacción frente a la muerte de mi padre, es decir, al
acontecimiento más importante, la pérdida más decisiva en la vida de
un hombre. Después de haber reconocido este hecho me sentí incapaz
de borrar las huellas de esa impresión.
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Como médico, sufre la impotencia de saber que Sophie, una de
sus hijas, considerada por él como su favorita, ha muerto, a los
veintisiete años el 25 de enero de 1920, de una gripe infecciosa, mal
incurable en aquella época.
En un fragmento de una carta dirigida a su yerno Max Halbers-
tadt escribe:
[...] que habernos arrebatado a Sophie ha sido un acto brutal y absurdo
del destino. Algo acerca de lo cual no podemos protestar ni cavilar, sino
tan sólo bajar la cabeza, como pobres y desvalidos seres humanos con
los que juegan los poderes superiores.
14
12
Ernst Freud, Lucie Freud, e Ilse Grubrich-Simitis (comps.).
Sigmund Freud
.
Su vida en imágenes y textos
, Italia, Paidós, 1998, p. 160.
13
Loc. cit
.
14
Loc. cit.