Los suicidad en la literatura - page 215

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V
icente
Q
uirarte
:
de otro
libro del desasosiego
José Francisco Conde Ortega*
Así quisiera yo mi último poema
Que fuese tierno diciendo las cosas más
simples y menos intencionadas
Que fuese ardiente como un sollozo
sin lágrimas
Que tuviese la belleza de las flores
casi sin perfume
La pureza de la llama en que se consumen
los diamantes más límpidos
La pasión de los suicidas que se matan
sin ninguna explicación.
Manuel Bandeira
“A
lcohol y amor son dos palabras milagrosamente emparenta-
das”, escribe Vicente Quirarte.
1
Y Allí encuentra, quizá, la
fórmula que encierra la cifra de todos los demonios y todos
los ensueños. En ella encuentra “el mismo número de sílabas”, el
acento contundente y las vocales “más abiertas y elementales del
alfabeto”.
2
Con ellas se escriben las palabras que necesitan una litur-
gia que comparten sólo aquellos que han aprendido a tener en el pe-
cho “un perro enloquecido”; los que asumen que para vivir en este
mundo hay que saber, únicamente, que la Invencible es una y trina:
la Muerte, diosa omnipotente e insobornable; la Vida, encarnación
suprema y transitoria, y la Vocación, espíritu laico y exigente.
* Departamento de Humanidades,
uam
Azcapotzalco.
1 
Vicente Quirarte,
La Invencible
, p. 103.
2 
Loc. cit.
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