4.
RENOVACIÓN HABITACIONAL, ACTIVIDA¬
DES ECONOMlCAÍi Y MEJORAMIENTO URBA–
NO.
•i. I
I
mentili y ailiviiíailes irn/iánikas
i'/i
Ui ( iiutinl
i
A pesar de la gran diversidad de la.s áreas que
integran la Zona de Expropiación (ZE), muchas dc
ellas, comparten una característica común, a saber
la integración espacial del uso habitacional con las
actividades económicas. Como se puede apreciar
en el análisis de las 13 zonas de operación del pro–
grama Renovación Habitacional Popular (Anexo
1), esta integración espacial es muy variable según
las zonas.
En el Primer Cuadro (zonas 3,9 y 13), el uso
no-habitacional tiende a imponerse, ton el eonsi-
guienle desplazamiento dc las viviendas. En las
áreas urbanizadas entre 1!<K11 y I'JIO (/unas
1,2,4,5,6,7 y S), el u.so del suelo predominanttmcnle
haliitacioniíl en su.s orínencs, se diversiliefi piíulali-
iianicnte, enlieme/iliiiidosc la vivieiula ron hi pe
4ueiK)
y ineiliana iiuluslria, y el eonierclo, ion la
adm¡ni.straei(ín y Ins scrvieios, l'or último, en el l'ri
mor Anillo Pcrirírico (zonas 10,11 y 12), domina la
función habitacional para población dt ingresos ba–
jos y medios bajos; fuera de algunas toncentratio-
ncs industriales y comerciales, las actividades de
producción, comercio y servicio tienen una e,scala
de operación local, y sirven fundamentalmente a la
población residente. Además, cn las zonas 11 y 12,
el programa RHP tiene un impacto muy limitado.
Es entonces cn la Ciudad Central - el Primer Cua–
dral y las rolonias del Forllrialo - d(Mide el impactii
del program.! sobre las actividades económicas de–
be ser analizado.
La eon.siiliilacián dri <>istfma espaeiul Vivii-nila /
Empleo
La alta concentración de aciividadcs cconómi-
ca,s, administrativas y recreativas que caracteriza la
Ciudad Central ha generado, a lo largo del tiempo,
una estructura urbana compleja, con una gran hete–
rogeneidad de usos del sucio. En particular, .se
combina el uso habitacional con los talleres de pro–
ducción, los comercios, las bodegas, las oficinas y
los "servicios". Se puede ecmsialar, a nivel nacional
y en otros países, que la grají mayoría de los pro–
gramas de renovación urbana no han podido eim-
servar el equilibrio entre vivienda y actividades eco–
nómicas, o restituirlo en caso de que se haya perdi–
do. En alguníjs casos, sobre todo en las ex;ierien-
cias extranjeras, la renovación urbana suele perjudi
car el uso del suelo habilacional, en beneficio del
sector terciario de la economía: el comercio, lu ad
ministración y los servicios. Las operaciones de re–
novación dc viviendas insalubres, generalmente im–
plican la eitpulsión de las actividades no integradas
a lo que se considera el "sector moderno de la eco–
nomía": talleres arlesanales y comercios de barrio.
La "renovación bulldozer", ejemplificada en
México por el conjunto Nonoalco-Tlatelolco o el
"Plan Tepilo", suele arrasar con manzanas enteras
para construir unidades habitacionalcs que no resti–
tuyen los espacios de trabajo existentes anterior–
mente, ofreciendo, a lo sumo, cierto número dc lo–
cales comerciales en la planta baja de los inmue–
bles. Esta situación se deriva, entre otros factores,
de la existencia de sistemas jurídicos y financieros
que no permiten articular el mejoramiento de la vi-
vienmda con el mejoramiento de lo.s espacios de las
actividades arlcsan:iles y comerciales, así comí» dc
una desvinculaeión cnire la planificación urbana y
las intervenciones públicas en materia de vivienda.
El programa RHP, en cuanto que operación
masiva de mejoramiento de vivienda en un centro
urbano, se caracteriza como "renovación suave" del
marco construido deteriorado (o "dañado"): opera
lote por lote y respeta el tejido urbano existente.
En la medida cn que se limita a actuar sobre pre–
dios con uso habilacional, el programa consolida -
por lo meno.s en un principio - la articulación cspa-
tial preexistente entre vivienda y actividades. Con
ello, el programa cumple con un nuevo objetivo,
muy difundido a nivel internacional, para la.s Ciuda–
des ccnlralcs:la CynsttryatiÓ"
la ftinyjún habjla-
Al consolidar la función habilacional en las
áreas ceni rales cn beneficio dc la población resi-
iJuili;, el programa, además, tiende a frenar los
proce.sos de segregación espacial entre las urbani-
Zjtcioncs perifÉricas populares y el mercado de em–
pleo en el centro. En este sentido, no solamente se
contrapone a los procesos dc despoblamiento y de
lereiari/ación de la Ciudad Central, sino que lo ha–
ce cn beneficio de los estratos populares allí arrai–
gados, para los cuales vivir cn el centro de lu ciu–
dad ofrece, entre olras cosas, la gran ventaja de ta
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