eie eonsiruida. Esta limitación es dc imporiancia,
pues se registró dc igual forma una miscelánea ubi–
cada en la accesoria de una vecindad y una tienda
de muebles ocupando toda la planta baja de un edi–
ficio.
En el Cuadro N" 4.3 se especifican los (ipos dc
actividades que más frccuentcmenic comparten cl
uso habitacional en vecindades y edificios dc depar–
tamentos. Es sin duda, la actividad comercial ta que
domina; está presente en 69% de los 1,051 predios
con "usos mixtos" registrados y presenta una mayor
difusión en las vecindades (81%), que en los edifi–
cios de departamentos (58%). El alto porcentaje
del comercio en las vecindades se explica por la
presencia muy difundida de tiendas de producios
alimenticios.
Hor el contrario, la actividad "servicios" tienen
una distribución geográfica bástanle desigual, co–
rresponde a solamente a la tercera parte de los
usos no-habilacionaics en vecindades y edificios dc
dcparíamcntíis, en los barrios dc Liis Angeles
(Guerrero), y dc Tcpilo (Morelos), micniras está
presente en más dc la mitad dc los predios con
"usos mixtos" de La Merced y de la Dociores.
La 'producción" incluye aclividades tan disími–
les como la maquila industrializada dc ropa, el ta–
ller familiar de muebles o ei artesanado zapatero.
Esta diversidad lleva a algunos investigadores a asi-
miliar las actividades artesanales a las de "servicio",
como en cl caso dc la colonia Doctores, reservando
cl rubro de "producción" para la pequeña y media–
na industria, la cual se locali/a en predios sin uso
habilacional. Con la salvedad metodológica ante–
rior, cs notable la importancia del artesanado y de
la pequeña industria en ci Primer Cuadro (más del
80% dc los predios con "usos mixtos") y en lo <|uc
fue una zona obrera hasta los años de los cuarenta,
d barrio dc Los Angeles.
La Renovación de Locales Artesanales y Comercia–
les.
"Los vecinos decían: cs)« cs renovación habila–
cional, no comercial"
Esle comentario del propietario de un local co–
mercial ("accesoria") reconstruido por RHP expre–
sa, desde cl punto de vista del "beneficiario", la difí–
cil renovación de inmuebles de uso hal>itacionul
compartido. Conviene aquí rechazar Ui idea según
la cual "cl decreto expropiatorio excluyó los predios
con usos comerciales y dc servicios y afectó ¡'.xcliisi-
vamenu a
loa
úü naa
tobilaciunal'
. Pues, si bien
es cieno que no se expropiaron (o se revisó su cx-
prtipiación, en su caso) predios con usos exclusivj-
muHE de producción, a)mcrciales o dc servicios,
no es menos cierto que los predios expropiados de
uso exclusivamente habitacional eran minoritarios.
En las cuatro "áreas testigo", las dos terceras
partes de las vecindades y el 50% de los edificios
dc departamenlos expropiados tenían el usn habita–
cional compartido con alguna o varias actividades
de producción, comercial o de servicios (Cuadros
N" 4.4 y 4.5)^. En promedio, había 1.19 accesorias
por predio, en todos los predios incorporados al
programa 1(1 IP (Cuadro N" 4.7). Fis posible que en
el caso dc los edificios dc dcpartamenlo.s, hubiera
existido cierta tendencia a expropiar en mayor me–
dida los predios con uso exclusivamente habilacio–
nal, con excepción del barrio de Tepilo, en donde
la lendencia cs a la inversa (Cuadro N ' 4.5).
Como ya se ha anotado, no se cuenta con ima
información sobre la superficie ocupada por los lo–
cales dedicados a alguna actividad económica.
Probablemente no fueron incorporados al progra–
ma RHP las construcciones en donde esta superfi–
cie era importante. De hecho, las metas operativas
del programa incluyen solamente la reconstrucción
o rehabililación de "accesorias", o locales comercia–
les dc pequeña dimensión. En las acciones de re–
construcción, RHP estableció como compromiso la
re.slitución de una accesoria con una superficie dc
2(1 m. En ca,so dc que la accesoria anterior hubiera
sido utilizada a la vez como vivienda, el programa
pidió al beneficiario elegir entre una vivienda o un
nuevo local comercial. Esla siluación no parece ha–
ber sido muy frecuente. Solamenle cl 11% dc los 45
locatarios enlrevislados declararon que vivían en la
accesoria que rentaban anteriormenle. Por otra
parte, dc ias familias encuestadas, (juicamente el
9%
desarrollaban alguna actividad económica en su
vivienda anterior (Cuadro № 4.6). No se especifica,
sin embargo, si se trataba o no de una accesoria.
A nivel del conjunto del programa RHP, las
accesorias representan un número importante de
acciones. En todas las zonas de operación, RHP
construyó o rehabilitó un lotal de 3,616 accesorias,
57 má,s de las afectadas por el programa (P y CE,
l'>87 Cuadro 30). Ahora bien, en ciertas zonas co
mo la colonia Doctores o Tepilo-Morelos se cons
truyeron accesorias en más de la mitad de los pre-