rantías que puedan ofrecer, mismas que se basan en la
relación pasivo-capital; en consecuencia, el financia–
miento se orienta tradicionalmente hacia las grandes
empresas constructoras. Desde la nacionalización de la
banca no se tiene ningún dato sobre si esta política fi–
nanciera ha tenido algún cambio.
Otra característica de la industria de la construcción
es la conformación del mercado de trabajo (Martens,
Léonard; 1982). En las áreas Meiropohtanas de las Ciu–
dades de México, Guadalajara y Monterrey, en el año de
1978, sólo el 22.4% de los trabajadores de la construc–
ción habían terminado la primaria, mientras que en ia
rama textil y en la industria química y petroquímica el
31.8%,23.0%respectivamente, habían completado los cur–
sos de primaria. Los trabajadores de la construcción que no
tenían la primaria terminada representaban el 37
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y
sin ninguna instrucción el 15 . 1% del total; mientras que
en la industria textil el 5.0% de los trabajadores no
tenían ningún tipo de instrucción y en la industria
química y petroquímica significaban sólo el 3.4% del to–
tal de los trabajadores en la rama.
Ya que estos datos corresponden a tres grandes cen–
tros urbanos se cree posible estimar que en otros núcleos
urbanos menores y en el ámbito agrario, la situación se
debe agudizar.
Por otra parte, en esas tres grandes ciudades, sólo
el 20% de los trabajadores de la construcción estaba sin-
dicalizado en el año de 1978. Además, dei total de huel–
gas ocurridas en el año de 1977 sólo dos fueron en la in–
dustria de ia construcción, significando el 1.8% del total
de huelgas registradas oficialmente. En el año de 1978,
sobre un total de 106 huelgas, sólo dos se realizaron en
la industria de la construcción. Esta situación se reitera
en 1979, año en que sólo se registró una huelga sobre un