En segundo lugar se ubicó Cementos Tolteca, tam–
bién con ocho plantas, participó con el 22.4% del total
de la producción (teniendo el 19.6% de la capacidad ins–
talada). Posteriormente aparecieron Cementos Anáhuac,
Cementos Cruz Azul, Cementos Apasco, Cementos de Chi–
huahua que participaron con el 18.6%, 12.9%, 9 . 1%
y
3.0% del total de la producción respectivajnente. Por últi–
mo, cuatro plantas menores tenían en 9.5% de la capacidad
productiva del total de la industria cementerà, y en ese año
su producción significó el 8.6% del total.
Se puede concluir que hay un alto nivel de concen–
tración y centralización de la propiedad en las 28 plantas
que operaban en el año de 1979, las cuales estaban do–
minadas por cuatro grupos industriales. Es propio seña–
lar que en 1979, sólo seis plantas podían producir más de
un millón de toneladas anuales, es decir, el 54% de la
producción nacional.
La alta concentración de las empresas es tal debido
a los fuertes requerimientos de capital para instalar
nuevos establecimientos y para ampliar las instalaciones
y maquinaria; este fenómeno constituye una sólida
barrera a la entrada de nuevas empresas a la industria
cementerà.
4
CONCLUSIONES
Como se ha expuesto, es ineludible el estudio de este com–
plejo para entender la reproducción del sistema económico
mexicano. No sólo lo justifica su magnitud, sino también
sus efectos sociales y económicos que se difunden en casi
todos los sectores, por su incidencia en el modo de vida
de los habitantes (vivienda, equipamiento e infraestruc–
tura), y por su papel como soporte material de la produc–
ción
y
de la circulación de bienes
y
servicios. Además por