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Tema y variaciones de literatura 42
de culturas y lenguas diferentes, donde el español resulta ser el
idioma de los vencidos.
Las redes sociales en el suroeste norteamericano se tejieron
gracias a los lazos de compadrazgo y unidad por parte de las fa-
milias que quedaron de “aquel lado”, así que no fue extraño que
muchos habitantes de “este lado” decidieran ir a probar fortuna
laboral en las minas y ferrocarriles, pues ya había un primer con-
tacto con los familiares que permanecieron en tal territorio.
No fue sino hasta el siglo
XX
en que fueron notorios los cam-
bios dramáticos originados por la pertenencia a otra nación. Du-
rante la década de 1910-1920, en la Revolución Mexicana, hubo
un éxodo hacia los Estados Unidos por parte de la población mexi-
cana, emigraron muchos campesinos en busca de mejores condi-
ciones de vida.
Este éxodo coincidió con las necesidades de los Estados Uni-
dos por expandir su agricultura, por lo que demandaron fuerza
laboral y en consecuencia fomentaron la migración. Las zonas ex-
pulsoras de México fueron las provincias, su idioma, el español,
aunque era la variante mexicana de ese momento, no resultó ho-
mogéneo pues entre provincia y provincia había diferencias léxi-
cas, fonéticas y sintácticas, aunque ello no fue obstáculo alguno
para el entendimiento. Dichos migrantes campesinos no se distin-
guían precisamente por una educación formal, y su producción
oral se caracterizó por los arcaísmos.
Esa migración de la época revolucionaria en México se sumó
a la de los habitantes de origen mexicano que ya estaban estable-
cidos desde un siglo atrás, en aquel lado de la frontera.
5
En 1930,
con la Depresión Económica en los Estados Unidos, el fenómeno
se invirtió y fueron masivos los retornos a México. Se dice, ade-
más, que tomando en consideración el inicio de la comunidad de
origen mexicano en los Estados Unidos, la herencia era de servi-
dumbre y ello no permitía visualizar oportunidad alguna dentro
del nuevo sistema, a no ser que por lo menos hubiese un poco de
aculturación:
5
En términos lingüísticos, bien podemos hablar de una revitalización del es-
pañol, como lo hace Salvador Rodríguez del Pino en “El idioma de Aztlán: una len-
gua que surge” en Villanueva, Tino.
Chicanos. Antología histórica y literaria
, p.
129.
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