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Tema y variaciones de literatura 43
entre el partido y la acción y subjetividad proletaria expresada en
sus organismos (que Lenin planteó muy bien al decir “sin movi-
miento revolucionario no hay partido revolucionario”), al final de
su vida invirtió los términos. Aprende que el partido, lejos de ser
un obstáculo para el desarrollo de las masas, es imprescindible
para dotarlas de una perspectiva de triunfo. Esa fue la experiencia
del bolchevismo ruso.
Yo sostengo que no fue un giro tan abrupto sino que se fue
dando el cambio paulatinamente, en su dialéctica, a medida
que estudiaba, criticaba y vivía distintos acontecimientos nues-
tro autor.
En cuanto a su estilo, podemos decir que es creador de una
estética de su propia visión y actitud frente a la vida. Hay en la vida
y en la obra de José Revueltas, una voluntad inquebrantable por
conocer, describir y transformar el mundo, siempre en actitud de-
safiante y crítica. Consistencia y compromiso son dos términos
que definirían muy bien a José Revueltas. El triunfo se conjura en
la sinergia de la vida y de la conciencia de lo externo con lo inter-
no, propuesta dialéctica con la que iniciamos este escrito y que
Revueltas respetaba.
Revueltas planteó también una cuestión nodal: la contradic-
ción entre los objetivos de una revolución históricamente progre-
sista, encarnados en la ideología democrático-burguesa, y la inca-
pacidad de la burguesía nativa para llevarla adelante. Así,
Revueltas afirma y depura, con fe y desesperanza, tenaz “fuerte y
frágil, esperanzado y desesperanzado, era una conciencia desga-
rrada”, como lo describe Andrea, su hija.
Podemos decir que el análisis de la falta de independencia po-
lítica, es decir, de una formación autónoma, a través de la práctica
dialéctica del proletariado no sólo fue el aspecto más importante
de la elaboración de Revueltas, sino que marcó una ruptura con la
“teoría” clásica del estalinismo y su postulado de que el proleta-
riado debe ir tras la burguesía nacional democrática y revoluciona-
ria en una obra testimonial y crítica.
Para concluir, quiero terminar con una cita del propio Revuel-
tas cuando dijo, con lo que refrenda su modestia: “Ni estatuas ni
homenajes significan nada, la única victoria de un escritor se pro-
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