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Tema y variaciones de literatura 43
rro o a un cangrejo, un animal enfermo. La conciencia es una enfer-
medad. Ha habido entre los hombre de carne y hueso ejemplares tí-
picos de esos que tienen el sentimiento trágico de la vida.
8
La reflexión es elocuente y el sentimiento enunciado se encuentra
retratado en la tercera novela del escritor duranguense:
Los días
terrenales
(1949), obra que da señales de la madurez literaria del
autor, cualidad que alcanza su punto más alto en un texto ulterior
como
Los errores
(1964).
9
Antes de abordar los motivos referidos, animalización y nota
roja, no está de más señalar la calidad de libro problemático de
Los
días terrenales
. La valoración que hacemos es a propósito de la
saña con que algunos pensadores de izquierda valoraron negativa-
mente la obra, no obstante, otros personajes sí reconocieron, entre
ellos Salvador Novo, las cualidades literarias de un texto que apun-
ta la presencia de uno de los elementos que serán relevantes en la
narrativa mexicana de la segunda mitad del siglo
XX
: la ciudad.
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8
Miguel de Unamuno,
El sentimiento trágico de la vida
, p. 21.
9
A propósito de la novela, el porqué de la animalización puede explicarse al
estimar lo siguiente: “En el terreno literario, ningún autor mexicano había profun-
dizado con tal empeño y conocimiento de la categoría enajenación, como lo hace
Revueltas en su novela, y en el contexto del subdesarrollo mexicano, en la periferia.
Categoría enajenación presente en las relaciones sociales de sus personajes y que,
en varios de los ensayos de Revueltas, pareciera sinónimo de alienación. Es una ca-
tegoría que le permite identificar en la existencia cotidiana de sus personajes a los
hombres y mujeres divididos y vueltos contra sí, personalidades deshumanizadas
que han perdido orientación y perspectiva en un universo que les es ajeno.” Jorge
Fuentes Morúa y Ezequiel Maldonado, “
Los errores
: literatura, filosofía y política”,
en
Tema y Variaciones de Literatura
,
UAM
Azcapotzalco, semestre I, núm. 20, Mé-
xico, 2003, p. 86.
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Es un ligero guiño hacia el elemento, pero creemos que Revueltas dota de
un sustrato poético a la ciudad que describe; aspecto que aparecerá en la obra de
otros escritores como Carlos Fuentes. En la caminata de Bautista y Rosendo el na-
rrador precisa: “A sus espaldas, sobre sus cabezas, en torno de sus cuerpos, unida
a la piel como la malla de un bailarín, los rodeaba la negra ciudad sin límites, aho-
ra tan absurdamente desconocida sin la dimensión ni la consistencia familiares,
cardinales, que durante el día permiten establecerla. Sin cielo alguno, sin estrella
polar alguna que le diese a su navegar intangible de ciudad que viaja a bordo del
planeta la brújula de su propio sitio, la señal natalicia de su geografía [...]”. José
Revueltas,
Los días terrenales,
edición crítica, Evodio Escalante (coordinador), Mé-
xico, Conaculta, 1992, p. 41. Cabe mencionar que el tratamiento magistral de Re-
vueltas a la ciudad por medio del lenguaje (en particular los rasgos discursivos) y
que anticipa lo que hará Fuentes en su primera novela, ya se aclara en un aleccio-
nador trabajo. Véase Alejandro de la Mora Ochoa, “
Los días terrenales
en
La región
más transparente
”, en
Fuentes Humanísticas
,
UAM
Azcapotzalco, semestre II, núm.
43, México, 2011, pp. 95-103.
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