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Tema y variaciones de literatura 43
Más adelante él vuelve a maldecir la mierda que se adhiere a su
calzado, suceso que juzga despreciable: “«De hombre», se dijo
con un repulsivo sentimiento de náuseas, «de hombre…» En vir-
tud de una asociación lógica pensó en los seres que habitaban el
tiradero, en esas horribles sombras cuyos sentimientos aparecían
siempre lo más cínica y crudamente desnudos. Ni más ni menos
que sus semejantes.” (p. 94) Advirtamos que el narrador no expre-
sa la calidad de humanos de los seres, se asemejan a una especie
de remedo de las personas, por ello la denominación “horribles
sombras”, las cuales paradójicamente son semejantes al propio
Bautista. Sin embargo, lo revelador del pasaje consiste en que el
personaje referido somete la racionalidad del ser humano al ám-
bito de lo natural.
Aquellos pensamientos, sin duda, no eran sino una derivación de lo
que sentía en la planta del pie, a través de su zapato, en una forma
suave y muellemente pegajosa. Una pura cuestión de indicios reve-
ladores. La señal para una ética o un sistema científico. Tanto daba
la deyección del hombre como la manzana de Newton, tratándose
de puntos de partida. La gravitación universal o la defecación univer-
sal. (p. 94)
Más allá de lo escatológico, consideramos que Revueltas, con gran
brillantez, señala que el hombre está dominado por la naturaleza,
ya que la atracción de los cuerpos a la tierra y la necesidad de va-
ciar el vientre no pueden ser sujetos al control de la voluntad del
hombre. Es verdad que ambos fenómenos tienen explicaciones ló-
gicas y racionales, pero el hecho de intentar dominarlos es contra-
rio a la naturaleza.
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Paradójicamente Bautista considera que no es natural el he-
cho de que alguien defeque fuera del lugar indicado, él no sale de
su enojo y estupor: “–¡Al diablo! […] «¡Al demonio! –se repitió–.
¡Si al menos hubiera sido de algún animal…!» Aquello era como
recibir una ofensa cruel, pero al mismo tiempo estúpida. Cruel y
estúpida en su condición de ofensa proveniente de un ser huma-
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En la segunda novela del autor construyen una presa para “encerrar” el río,
pero éste desgasta las paredes y las cuartea, ante lo cual el narrador, al personifi-
carlo de forma significativa, expresa: “¡Río taimado, vencedor al fin! Nada pudo el
hombre contra su voluntad terca, nada contra sus aguas, nada contra sus capri-
chos, río maldito”. J. Revueltas,
El luto humano
, p. 168.
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