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Tema y variaciones de literatura 43
Señalemos que Revueltas trabajó como cronista de nota roja
entre 1938 y 1943 en el periódico
El Popular
(publicación que fun-
dó Vicente Lombardo Toledano, la cual empezó a circular el prime-
ro de junio de 1938 y cuyo destinario particular era la clase prole-
taria). Él se inicia como “ruletero”, a saber, cubría las fuentes de
los que descansaban; cubrió Hacienda, Secretaría del Trabajo, Pre-
sidencia, incluso la nota roja, de hecho, el autor dijo en su mo-
mento que el director del periódico le encargo modificar el estilo
de la nota roja por uno más literario y menos sensacionalista.
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Precisa Sonia Adriana Peña que las crónicas empiezan a tener
otro tono a partir de julio de 1939 (el segundo año de la publica-
ción), fecha en la que aparece el primer artículo literario firmado
por Revueltas: “‘Nombres’ y ‘Mensajes’ entre los escritores jóve-
nes” (fechado el 27 de julio). La investigadora señala que los cam-
bios introducidos, una vez que Revueltas ya está colaborando en
la sección, consistieron en la sustitución de términos despectivos
(como “cantinucha”, “criaditas” o “hembrita”). “También se ad-
vierte que un término coloquial como ‘antier’, común en la plana
roja, se sustituye por ‘anteayer’; otra particularidad del primer año
es el uso de la adjetivación para referirse al criminal […] es común
el uso y abuso de calificativos para encasillar a los protagonistas
[…]”;
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algo que hacía un periodista afamado de la época deno-
minado Gilberto Rod (seudónimo de Gilberto Rodríguez).
En este orden de ideas, la investigadora precisa la gran dificul-
tad para establecer entre las diferentes crónicas anónimas cuáles
corresponden al novelista duranguense. Lo que sí es irrefutable
estriba es que el tono de las crónicas cambió a partir del segundo
año de vida del periódico. No obstante, la labor de “ruletero” de
Revueltas, para cubrir a otros redactores de la plana roja (término
que usa Peña) complica la misma atribución. De hecho, sólo dos
crónicas, puntualiza la investigadora, pueden adjudicársele, pues
llevan su firma. Una de éstas fue sobre el célebre “estrangulador
de Tacuba”: Gregorio Cárdenas Hernández, figura a la que Gilber-
gítimo hubiera sido desarrollar la trama sola, porque la trama policiaca no tiene
contenido.” María Josefina Tejera, “Literatura y dialéctica”, en Andrea Revueltas y
Philippe Cheron (compiladores),
Conversaciones con José Revueltas
, p. 52.
27
Véase Ignacio Hernández, “José Revueltas: balance existencial”, en Andrea
Revueltas y Philippe Cheron,
op. cit.
, p. 177.
28
Sonia Adriana Peña, “José Revueltas y la crónica policial”, en
Literatura
Mexicana
, pp. 80-81.
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