Luis Alfonso Martínez Montaño
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cirnos que el militante se concibe como una suerte de bestia orgu-
llosa que no se avergüenza de su condición, pese a la valoración
recriminatoria del doctor: “–Son peores que los animales –dijo en
tono de desconsuelo, más bien dirigiéndose a la enfermera–; este
amigo
debió presentarse hace dos semanas cuando menos. Mire
usted nada más –y señalaba. Los labios de la enfermera se contra-
jeron de repugnancia.” (p. 156) El sustantivo en cursivas es más
significativo de lo que parece, pues el término se usa coloquial-
mente para referirse de manera informal a un desconocido, pero
también lo utilizan los veterinarios para referirse a los perros. Lo
anterior sugiere que la condición humana de Gregorio se reduce
por el énfasis que se hace al calificarlo peor que una bestia.
Ahora bien, cambiemos de tema para referirnos brevemente
al motivo de la nota roja presente en la narrativa de Revueltas. Sin
duda, el escritor sabe llevar a cabo, de manera destacada, la re-
creación de la realidad, tanto que la impronta periodística se amal-
gama con brillantez a la literatura en su propuesta novelística. El
autor consigue trascender el realismo de quien se somete a los he-
chos, propio de un buen reportero y que constituye una demanda
indispensable de la profesión.
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Puntualicemos inicialmente que la “nota roja” consiste en el
género de carácter periodístico a través del cual se dan a conocer
públicamente hechos relacionados con algún tipo de violencia; la
lectura de este tipo de texto provoca un efecto en la sensibilidad
de aquel que la experimenta. Vale aclarar también que el término
“prensa sensacionalista” es sinónimo de nota roja. En este senti-
do, la palabra sensacionalismo se refiere a la inclinación por pro-
ducir emoción, sensación o impresión con alguna noticia o suceso.
El escritor duranguense no desconocía el género y mucho me-
nos el término señalado, sin embargo, Revueltas se deslinda, has-
ta cierto punto, del término. Puede decirse que él conoce de pri-
mera mano las tramas de carácter policíaco. Incluso señaló en su
momento que el tratar asuntos policíacos era parte de su técnica
novelística.
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Revueltas, al hablar del realismo en el prólogo de su primera novela, con-
trapone el usado por los reporteros y el de los que pretenden ser escritores “realis-
tas socialistas”. Véase J. Revueltas,
Los muros de agua
, p. 20.
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J. Revueltas precisó: “En
Los días terrenales
[y sobre todo en
Los errores
] la
trama policiaca es la base para introducir el problema filosófico o sicofilosófico –
como hicieron Tolstoi o Dostoievski–, lo cual demuestra que no es ilegítimo. Lo ile-
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