Tema y Variaciones 43 - page 140

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Tema y variaciones de literatura 43
ción de ser palpable y contingente, siempre contemporáneo, con sus
vicios y sus virtudes. (p. 146)
La brillantez, propia de un intelectual, de las palabras anteriores es
incuestionable, porque señala que sólo a través del comporta-
miento se puede establecer esa distinción entre el hombre y otras
especies. En este sentido, la reflexión de un gran pensador, como
Miguel de Unamuno, es aleccionadora:
Y lo que determina a un hombre, lo que le hace
un
hombre, uno y
no otro, el que es y no el que no es, es un principio de unidad y un
principio de continuidad. Un principio de unidad, primero en el es-
pacio, merced al cuerpo, y luego en la acción y en el propósito.
Cuando andamos, no va un pie hacia adelante y el otro hacia atrás,
ni cuando miramos, mira un ojo al Norte y el otro al Sur, como este-
mos sanos. En cada momento de nuestra vida tenemos un propósi-
to, y a él conspira la sinergia de nuestras acciones. Aunque al mo-
mento siguiente cambiemos de propósito. Y es en cierto sentido un
hombre tanto más hombre, cuanto más unitaria sea su acción. Hay
quien en su vida toda no persigue sino un solo propósito, sea el que
fuere. Y un principio de continuidad en el tiempo, sin entrar a discu-
tir […] me parece, el hecho de que el que soy hoy proviene, por serie
continua de estados de conciencia, del que era mi cuerpo hace vein-
te años.
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No obstante, Gregorio se liga a la esfera de lo animal, al evocar la
enfermedad venérea que contrajo (aduciendo razones éticas) con
una prostituta. En su accionar primero tuvo preeminencia la razón
de lo que “debió hacer”, después operó el instinto de sostener re-
laciones sexuales con aquella mujer que le salvó la vida (ella mata
a alguien que deseaba asesinar al comunista). El comportamiento
de personaje sugiere que se comporta como una bestia sensible:
El hombre, dicen, es un animal racional. No sé por qué no se haya
dicho que es un animal afectivo o sentimental. Y acaso lo que de los
demás animales le diferencia sea el sentimiento que no la razón. Más
veces he visto razonar a un gato que no reír o llorar. Acaso llore o ría
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M. de Unamuno,
op. cit
., p. 13.
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