Tema y Variaciones 43 - page 131

Luis Alfonso Martínez Montaño
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iguana. Los tonos oscuros acrecientan la atmósfera de pesadum-
bre, inquietud y derrota consignada en la novela. Aun resulta de
gran interés que la descripción de Úrsulo y Adán carezca de com-
parativos con animales:
Pequeño, ligeramente desconfiado, el cura miraba con atención a los
dos hombres, sin comprenderlos, tan iguales y diferentes a la vez.
Adán sin ojos, el rostro feo, huidiza la frente, el pelo duro y brutal.
Úrsulo impenetrable, recogido. Los labios tenían en ambos una ma-
nera de no expresar nada, carentes de sensualidad, pero simultánea-
mente gruesos y bellos. Tan sólo bocas fuertes, esculpidas, cubriendo
la apretada dentadura de elote.
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Parece como si al escritor le fuera insuficiente aludir a alguna bes-
tia para caracterizar de una manera más precisa la constitución fí-
sica de ambos personajes, tan contrastantes entre sí; brevemente
señalemos que en cierto momento del relato se dice que las espal-
das de Adán son anchas y pesadas como baldosas.
El río implacable, de la obra señalada, merece otra compara-
ción, pues se le califica de lagarto inmenso. Además, el viento de-
viene en una mariposa, la cual parece ligarse a una metáfora, sin
embargo, más que trabajar con esa figura retórica, Revueltas dise-
mina símbolos, según aprecia la crítica, en buena parte de su no-
velística.
7
Más interesante puede resultar el hecho de que Revueltas uti-
lice la personificación en su propuesta narrativa. Con ello, el escri-
tor refuerza la imagen que desea presentar de la bestia. Por ejem-
plo, al hablar de Natividad montado en un caballo, el narrador
dice de éste que es una bestia muy delgada semejante a un ser
humano flaco lleno de resignación por el sufrimiento. Lo anterior
recalca que en el ambiente de dolor, recreado en la novela, sólo el
ser humano sufre más porque la conciencia lo obliga a tener co-
nocimiento de aquello que lo lastima:
Aparte de no haber una noción normativa de la salud, nadie ha pro-
bado que el hombre tenga que ser naturalmente alegre. Es más: el
hombre, por ser hombre, por tener conciencia, es ya, respecto al bu-
6 
J. Revueltas,
El luto humano
, p. 22.
7 
Véase Vicente Francisco Torres,
José Revueltas, el de ayer
, p. 56.
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