PRESENTACION
El diseño sin lugar a dudas ocupa un lugar
fundamental en la conformación de la civili–
zación actual; esta actividad de la sociedad
-hoy industrial- tiene ya carta de ciudadanía,
su intervención se pone de manifiesto en todos
los aspectos de la vida cotidiana.
La actividad de diseñar es una práctica so–
cial que define
y
caracteriza a la vida social,
complementando
y
alternando con otras prác–
ticas como la económica
y
desde luego la
cultural. El diseño está presente en toda acti·
vidad humana, en el mundo industrial
y
el
comercio.
El
diseño industrial es inseparable
de la cultura
y
se vincula con el quehacer
humano a través de los objetos. El hombre
y
la colectividad industrial se deben hoy por hoy
a las carencias
y
a los excesos en la creación
y
producción de los objetos; transitamos en el
ancho
y
complejo camino de la tecnología,
abarcando los niveles más precarios hasta los
más altos, integrando un mosaico de posibili–
dades tecnológicas que mezclan lo artesanal
con lo industrial
y
penetran en lo postindus–
trial. De ese modo, las sociedades definidas
y
caracteriza_das por sus niveles tecnológicos
y
su condición económica, producen
y
diseñan
objetos que responden a esa caracterización,
abarcando los objetos útiles e inútiles, los
necesarios y los superfluos, los pertinentes e
impertinentes, los individuales y los colecti–
vos, los artesanales
y
los indastriales, los pú–
blicos
y
los privados. Los objetos, los produc–
tos del di seño industrial, constituyen e
integran un repertorio enorme de propuestas y
respuestas para todas las actividades de la
sociedad.
Diseñar es un trabajo intelectual, una acti–
vidad que reflexiona sobre el futuro, sobre el
mundo material siempre en evolución, siem–
pre en transformación. El diseño es parte de
las circunstancias humanas, culturales, econó–
micas, tecnológicas, para obtener de
ahí
sus
condicionantes y de
ahí
ofrecer sus respuestas.
El análisis histórico sincrónico o diacrónico
que el diseño debe realizar, le permitecontem–
pIar al hombre y a su cultura en un contexto
real de su vida material. De este modo,
el
diseño puede transformar, para bien o para
mal, algunas características de ese mundo ma–
teriaL No se puede, por otra parte, dejar de
considerar el valor y la capacidad de intercam–
bio que el diseño y la producción le brindan a
los objetos.
Dicho 10 anterior, podemos afirmar que el
diseño es una actividad que abarca el total de
la vida humana, en lo individual
y
en lo colec–
tivo, en lo público y en lo privado.
Al diseño industrial le pertenece de manera
particular el analizar los aspectos sensibles de
los objetos, es decir, aquellos aspectos tangi–
bles e intangibles, a la vez que perceptuales,
que caracterizan los objetos. Más precisamen–
te, al diseño le corresponde establecer en el
objeto condiciones y características visibles y
perceptuales que lo relacionen adecuadamen–
te con el hombre.
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