CAPITULO V
EL FUTURO DEL DISEÑO EN EL CUARTO DE BAÑO
Después de las consideraciones expuestas en
este trabajo, no pretendo dar una conclusión
sobre ellas, ni mucho menos establecer linea–
mientos o parámetros para el diseño de objetos
o espacios en el cuarto de baño. Más bien, mi
interés se enfoca a considerar algunos aspec–
tos sobre la participación del diseño en la
generación de objetos dentro de este ámbito
en particular.
Pareciera que el cambio de los conceptos
sobre las actividades que realiza el individuo
y
los objetos que utiliza para ellas. se determi–
nafa por un ente amorfo al que llamamos
"grupo social"
y.
en particular, por las clases
económica
y
políticamente dominantes de és–
te,
y
que los esfuerzos conscientes
y
racionales
de los individuos, no pudieran modificar la
dirección de este cambio. No obstante, los
aspectos que determinan el cambio, no surgen
por consenso espontáneo, sino que se produ–
cen en base a la influencia concreta de un
pequeño grupo de personas que tienen la ca–
pacidad de prever y establecer estrategias que
10 encaminen en un determinado sentido. El
diseñador índustrial es sin duda uno de los
factores importantes para orientar este cam–
bio, con una actividad proyectual crítica y
sustentada en los valores culturales de la so–
ciedad a quien le diseña.
Es un hecho que la actividad de diseño se
ve condicionada por un complejo entramado
de fuerzas dentro de la sociedad, sin embargo,
el conocimiento de éstas y la capacidad para
negociar en relación a los intereses de los
productores
y
los consumidores de los objetos
que genera, le permitirá en mayor o menor
medida influir en los cambios que se produz–
can en la sociedad. Para lograr esto, el diseña–
dor debe conocer profundamente las expecta–
tivas que tiene el usuario sobre sus diseños y
pretender satisfacer integralmente todas y ca–
da una de ellas, es decir, buscar soluciones a
las necesidades de seres humanos y no de
"entes consumidores" que no tienen rostro
ni
identidad
y
que sólo forman parte de las esta–
dísticas o de un estudio de mercado. Así mis–
mo: el diseñador debe asumir el interés del
productor, buscando hacer más rentable la
producción de objetos sin menoscabo de los
intereses del consumidor.
La forma en la que la sociedad asume las
actividades que desarrolla en el cuarto de baño
y
la ubicación de éstas dentro de un ámbito
privado, dependen de una concepción general
que permite una permanencia de lo esencial
durante largos períodos de tiempo y que se va
heredando de generación en generación.
Sin embargo, las transformaciones concep–
tuales no se dan de manera repentina, sino que
son pequeñas modificaciones en la conducta
del individuo que se van acumulando durante
los años
y
que permiten relegar algunos de los
conceptos que eran vigentes y plantear nuevas
alternativas de solución a las necesidades de
cada época.
Podemos observar, como durante las últi-
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