CAPÍTULO UNO
De las ventajas comparativas a las ventajas
competitivas
LA GESTACIÓN DE UN NUEVO PARADIGMA
La teoría económica ha mostrado, al menos en la
última década, un importante rezago con respecto
a los hechos que debiera explicar. La larga noche
de crisis y los "remedios" -contraproducentes- con
virtieron los intentos de comprenderla y superarla
en auténticos palos de ciego. Sólo consiguieron que
ésta se profundizara para anchas franjas de la po
blación.
Los hechos actuales, de liberalización comer
cial e interdependencia productiva, no son ni más
sencillos de encuadrar en los paradigmas conoci
dos, ni su eventual desarrollo escapa al peso inven
cible de la incertidumbre.
Los análisis de balanzas de pagos, los corres
pondientes al subconjunto de balanzas comercia
les, los relativos a precios y salarios, los que se
fundan en el tipo de cambio, aquellos que parten
de la abundancia o escasez de recursos naturales, los
que encuentran las potencialidades exportadoras
en las empresas con mayor productividad relativa
interna; en fin, las propuestas conocidas de expli
cación del éxito económico de algunas industrias y
de las naciones que las hospedan, ni en conjunto
ni en lo particular ofrecen las respuestas que per
mitirían fundar un paradigma consistente con los
eventos que dan cuenta de la interdependencia y
de la globalización, en ambientes de competencia
creciente.
El proceso de especialización productiva, varia
ble explicativa del actual intercambio, ha transitado
de las ventajas comparativas hacia una nueva di
mensión, a la que bien podría denominarse "de las
ventajas competitivas", en la cual la productividad
de algunas ramas industriales o de servicios, o de
segmentos de ellas, encuentra condiciones más
propicias en determinadas naciones -en rigor, re
giones de naciones- para alcanzar el éxito, enten
dido como una participación ventajosa y perdura
ble en el me r cado , capaz de vencer a los
competidores extranjeros.
Los sucesos económicos en curso, los de la
competencia internacional, no desconocen la pre
sencia tradicional de las políticas públicas en el
escenario del comercio mundial. No obstante, de
ellas no se sigue ningún éxito, ni productivo ni
comercial, y mucho menos duradero. Ni en térmi
nos fiscales ni en términos monetarios pueden
construirse efectos de largo aliento en el horizonte