acrecentando, lo cual ha provocado a su vez un
cambio significativo en la ubicación de la economía
estadounidense a nivel mundial. "Hacia la década
que comienza en los noventa (estas transformacio–
nes) se expresa (n) en la globalización de la econo–
mía internacional, dentro de la cual Estados Uni–
dos dejó de ser líder del mundo capitalista, si bien
sigue siendo principal entre sus partes".^
De este modo se observa que el orden econó–
mico internacional surgido al concluir la Segunda
Guerra Mundial empezó a presentar serias fisuras
20 años después para, finalmente, manifestarse en
un ambiente de alta inestabilidad, sobre todo en las
tiltimas dos décadas. Desde entonces, las nuevas
políticas han tendido hacia el llamado proceso de
globalización económica mundial, bajo la coordi–
nación de intereses entre países para la formación
primero y consolidación después de importantes
bloques económicos regionales entre ellos, en bus–
ca de un proceso de reestructuración tecnológica
y de mercados competitivos.
En tal contexto también se presentó el viraje en
los términos de la orientación de la política econó–
mica: se desecharon los contenidos de corte keyne-
siano y se adoptaron los de índole neoliberal.
Los éxitos y acuerdos entre los países del sur de
Asia, así como el resurgimiento en bloque de la Eu–
ropa Occidental son, entre otros, signos de la
pérdida que Estados Unidos registró de su ventaja
comparativa como país industrial avanzado. Sobre
todo en ramas que, habiendo presentado exceden–
tes en su comercialización, se volvieron deficitarias.
En otros términos, se manifiesta el hecho de que
las ventajas comparativas no lograron convertirse
en ventajas competitivas para ese país, y reper–
cuten en forma adversa sobre las condiciones eco–
nómicas internas y externas.
Con respecto al buen resultado de los países
del sureste asiático (Corea, Hong Kong, Singapur,
Taiwàn y desde luegoJapón), por ejemplo, Estados
Unidos ha tenido mucho que ver. La confrontación
entre la actividad económica de los primeros (pro–
ducto, inversión, etc.) con los desequilibrios ma-
croeconómicos del último (externo y fiscal) bien
permitiría probar buena parte de lo asentado.
^ Labra, Armando. "La integración desde la perspectiva nor-
leanicricana" en
La integración..., op. cit.,
p. 63.
Por las mismas razones se aprecia que el factor
determinante para el caso de la integración de la
Europa 92 se fundamentó en la pérdida de la
competitividad de los productos europeos en los
mercados internacionales, causada por el rezago
tecnológico ante países como Estados Unidos y
Japón en ramas de punta, en la investigación y de–
sarrollo, sin las cuales resulla difícil mantenerse en
la competencia mundial. Independientemente de
los beneficios pretendidos a nivel comercial en los
países de Europa Occidental, la inserción de este
proyecto en el marco del Nuevo Orden Internacio–
nal repercutirá, por tanto, en forma negativa sobre
la posición internacional estadounidense.
Ante este panorama poco alentador para Esta–
dos Unidos, este país también ha tenido que salir
en busca de posibles opciones para reorientar su
economía y hacer frente a los bloques que están
surgiendo en la cambiante economía internacio–
nal. Una de estas opciones se refiere al Tratado de
Libre Comercio
( TLC )
celebrado con Canadá, y que
pretende después incorporar a México.
En particular el
TLC
entre México y Estados
Unidos representa la formalización de los inter–
cambios comerciales y financieros entre ambos
países, desarrollados desde muchos años atrás y
reforzados a partir de la apertura de la economía
mexicana iniciada en el año de 1983, continuada
en 1986 con la incorporación al
GATT
y profundi–
zada desde 1987. En realidad, ha existido una
relación comercial y financiera muy estrecha, pero
al mismo tiempo desigual y desventajosa para el
lado mexicano.
Lo anterior indica que, no obstante que la
economía de México podría representar un punto
aparentemente débil en el intento reestructurado
de la estadounidense, los recursos, la ubicación y
en general el papel estratégico de la primera po–
drían conformar una base importante para la revi-
talización de la segunda.
Desarrollar áreas importantes de inversión en
México representaría para Estados Unidos mo–
derar su tendencia recesiva, delimitar aun más
los mercados ubicados en su zona geográfica
Véase Carlos Rozo, "El acuerdo de libre comercio en la
disputa por la hegemonía económica mundial", en
Ibid.,
pp. 131-138.
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