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Conclusiones preliminares 93
económica del mundo y los procesos regionaliza-
dores en curso, especialmente en Europa y Asia,
han orientado las primeras definiciones de política
económica hacia un rumbo diferente de la apertura
comercial y, en más de un caso, han reproducido
la irredenta afición de los gobiernos de aquel país
por las prácticas proteccionistas. Así ha sucedido
con el acero, incluido el mexicano, así sucede con
la absurda Ley Torricelli, lamentable intento de or­
ganizar el comercio internacional con una inten­
ción política, y en una situación de debilidad esta­
dounidense.
Ello conduce a suponer inadecuada la forma
prevista en el TLC para ventilar controversias. La
operación del ALC entre Canadá y Estados Unidos,
desde 1989 ha demostrado hasta la saciedad la
inoperancia del sistema de panel para enfrentar
conflictos comerciales. En su sitio, cuando el go­
bierno estadounidense desatendió incluso a orga­
nismos multilaterales, se colocó la llamada "Cláu­
sula del abuelo", que remite a las legislaciones
económicas y comerciales de los países en conflic­
to, previas a la firma del instrumento negociado y
formalizado.
En las condiciones descritas, de notoria e inven­
cible incertidumbre, la lectura sobre las bondades
y problemas que producirá el Tratado deberá fun­
darse en la previsión económica y comercial, así co­
mo en la medición puntual de efectos y la razonable
formulación de escenarios, para sustituir a la volun-
tarista apreciación que convierte a los efectos de este
instrumento en una cuestión de estados de ánimo.