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la cooperación y las consultas técnicas, incluso las
referentes a controversias en la materias.**
El hecho de que el 20% del consumo nacional
de granos dependa de la importación, los proble–
mas estructurales en la comercialización, estructu–
ra agraria, descapitalización, inmovilidad de fac–
tores productivos, rezago en infraestructura y
tecnología, escaso financiamiento, etc., hacen de la
agricultura mexicana la rama productiva que ma–
yor asimetría muestra en la relación comercial con
Estados Unidos y Canadá, economías en los que
dichos problemas no están presentes.
A lo anterior, se suman las distorsiones que
produce la intervención de los gobiernos de aque–
llos países en sus sectores agropecuarios que van
de los altos aranceles (más del 50%, mientras en
México el arancel promedio ponderado de la im–
portación agropecuaria es menor al 4%) al mante–
nimiento de altísimos niveles en el subsidio al
ingreso de sus productores (50% en promedio que
se desagrega en el 40% para el caso del trigo y el
70% para los lácteos, mientras en México el prome–
dio fluctúa entre el 5 y el 10%).
Atrás de estas consideraciones se encuentra el
carácter deficitario y creciente de la balanza agroin-
dustrial mexicana, que es el resultado directo de las
decisiones gubernamentales de apertura unila-
terap9.
LA ECONOMÍ A CENTROAMERICANA
Y EL TTLC
Uno de los más complejos problemas en el aquí y
ahora de América Latina, notablemente agudizado
en América Central, es la radical y temprana sus–
pensión de la búsqueda del bienestar colectivo,
como propósito declarado de la política económi–
ca, para poner en su lugar la omnipresencia "regu–
ladora" del mercado. El punto de inflexión, verifi–
cado en los años ochenta, sorprende a la región sin
que los frutos del crecimiento sean apreciables y
sin que su distribución se acerque a la equidad. Los
Secofí, op. cit., pp. 12-15.
Emilio Caballero, op. cit, pp. 81-84.
rasgos en los indicadores convencionales del bie–
nestar, relacionados con un umbral de ingreso muy
superior a la sola reproducción de la fuerza de
trabajo, y que incluye: la salud, la vivienda, la
educación, el empleo y el esparcimiento, han alcan–
zado niveles alarmantes en América Central, y el
sitio que debieran tomar es ocupado por un severo
empobrecimiento y expresiones documentables de
depresión económica.
El PIB regional para 1991 es menor al observa–
do en el periodo comprendido entre 1988 y 1990,
habida cuenta de que los patrones distributivos del
mismo transitan por una fase regresiva. Se produce
mal y se distribuye peor, con el agravante de que la
población no ha disminuido su ritmo de creci–
miento.
La cuota centroamericana a la causa de la lla–
mada globalización se expresa en que la economía
regional se ha volcado al mercado externo, hacien–
do crecer la participación de las exportaciones y,
más significativamente, de las importaciones en el
PIB: mientras las primeras representaron el 17.3%
en 1987, representan el 20% en 1991, y las segun–
das el 28.5 y el 34.4% respectivamente. Ello no
indica una mejor posición en un ambiente interna–
cional de competencia creciente, sino la brutal
reducción de la demanda interna y la colocación,
en el exterior, de excedentes imposibles de consu–
mir por la población local, acompañada de una
mayor dependencia del mercado externo en las
compras de bienes de consumo, intermedios y de
capital.
Al círculo vicioso de la pobreza, propuesto por
Gunnar Myrdal, se unen las explosiones violentas
de malestar y desesperación que mueven a ela–
borar, con verdadero sentido de urgencia, una
nueva estrategia económica cuya atención central
debe colocarse en la búsqueda de la ig^ialdad. 1^
vigencia de este propósito liberal radica, esencial–
mente, en su incumplimiento, dos siglos después
de ser enunciado.
La imposibilidad del paradigma rostowviano,
consistente en recorrer todas y cada una de las
etapas por las que transitó el capitalismo maduro,
y cuyo seguimiento nos ha colocado en la es–
tructural antesala del "despegue", indica que no
será el empecinamiento en la utópica repetición la
fórmula más acertada para detonar el desarrollo