72
73
en Rua, iniciando su consolidacion como ambito pre-
ferencial del comercio ciudadano: La Rua Real, la ca-
lle comercial por excelencia de La Coruña moderna.
El Plano y la Ordenanza figurativa de fachada, son
los instrumentos urbanísticos utilizados para contro-
lar la forma urbana y a los que se someterán los par-
ticulares adjudicatarios de las parcelas resultantes,
interesados en participar en la construcción de la
ciudad: los ilustrados. Los hombres ligados al comer-
cio ultramarino y al Real Consulado serán los promo-
tores de esta página de la historia protagonizada por
una nueva relación ciudad-mar. Pues frente a otras
experiencias coetáneas d’embellisment partial, la
singularidad del proyecto coruñés estriba en su do-
ble dimensión paisajística (para ser contemplado y
para contemplar) dada su localización a lo largo del
frente marítimo del arrabal y por lo tanto en la nueva
relación ciudad-naturaleza (la bahía) que atesora: la
“Entrada de SS AA RR en La Coruña” muestra desde
el mar esa visión de “decorado” de un fragmento de
ciudad en una actitud de acercamiento a lo urbano
que inaugurará una espléndida tradición paisajística
que se desarrolla a lo largo de los siglos XIX y XX.
La crisis económica derivada de la pérdida del co-
mercio colonial, la irrupción política del absolutismo
más regresivo paralizarán la ciudad e interrumpirán
uno de los proyectos más singulares de la historia
urbana de la Galicia de la segunda mitad del XVIII.
Conclusiones
Las ciudades medievales costeras de la Peninsula
Ibérica, y en concreto las emplazadas en Galicia,
en el Noroeste Peninsular, y las nuevas ciudades
litorales Iberoamericanas fueron objeto de impor-
tantes proyectos de fortificación durante los siglos
XVII y XVIII con el objeto de convertirlas en Plazas
Fuertes.
Estesproyectosfueronherederosdirectosdelacosmo-
logíadelamodernidadrenacentistaydelanuevavision
dominantede la relaciondel hombre con lanaturaleza.
Protagonizados por una elite, un grupo de tecni-
cos altamente especializados, de origen y forma-
cion italiana o francesa en los siglos XVI y XVII y
desde los primeros años del siglo XVIII forma-
dos como Ingenieros Militares en la Escuela de
Fortificaciones de Barcelona, serán los grandes
ideadores de las mayores obras infraestructura-
les realizadas a lo largo de dos siglos confiriendo,
marcando, a las ciudades de una impronta y una
imagen que las impregnó de una especificidad en
las relaciones con el entorno físico en el que se em-
plazaban y con el cuerpo social que las habitaba.
Ciudades levantadas, en sus orígenes, en luga-
res escrupulosamente seleccionados por sus ex-
cepcionales condiciones naturales, próximas a
grandes arenales, protegidas de vientos y tempo-
rales, que habían tenido en el mar su fuente fun-
damental de recursos bien a traves de su explota-
ción directa, bien como puntos de comercio e in-
tercambio entre las diferentes culturas europeas.
Son ciudades que con el inicio y desarrollo del comer-
cio ultramarino a traves del Atlantico serán converti-
das en NODOS de una gran RED DE CIUDADES, a
una escala desconocida, LA ESCALA OCEANICA, a
cuyo rol fundamental de intercambio Comercial debe
añadirse su nuevo rol politico-militar de “ciudades
frontera” de un sistema de fortificacion lineal acor-
de con los nuevos limites de los estados modernos.
La Ordenacion del Territorio, el Urbanismo y la Ar-
quitectura como materialización en la gran esca-
la territorial, en la escala urbana y en la escala del
proyecto edificatorio de una concepción del mun-
do, de un nuevo orden, generaron estructuras fijas
de acuerdo a elementos y reglas codificados en
los tableros de dibujo de las metrópolis europeas.