Los suicidad en la literatura - page 166

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Tema y Variaciones de Literatura 40
probable que eso le causara antipatías (y no quiero hablar mal de un
muerto pero don Henrique era muy mediocre: escritor sin obra,
maestro que no asistía a clases y sólo tenía el mérito de su hermano
el rector de la
unam
y ser amigo de muchos escritores e intelectua-
les) y tenía un sentido del humor que rayaba en lo insano porque
también la vida no había sido del todo noble y buena con él.
Los escritores aglutinados en La Máquina Eléctrica Editorial,
Raúl Renán, Guillermo Fernández, Antonio Castañeda, Francisco
Hernández, Carlos Isla, Francisco Cervantes, coincidieron con
nuestro autor en algunas reuniones etílicas y, sobre todo, en el Café
París de Filomeno Mata y Cinco de Mayo, en el Centro de la Ciu-
dad de México, donde Luis Moncada Ivar tuvo su reino. Todos
ellos, quien más quien menos, siempre daban y dan las mejores re-
ferencias de nuestro autor.
Francisco Cervantes en la cuarta de forros de
Perros noctívagos
y otros relatos
escribe: “La obra de Luis Moncada Ivar, como su
vida, está plena de incidentes dolorosos, que reflejan la extraña tra-
ma existencial de un ser angustiado y positivo, sólo derrotado por
ciertos burócratas y el destino, que suele ser el amo supremo de esa
burocracia inepta y deforme que guía nuestros pasos, por donde,
aun no deseando ir, recorremos la tierra propia y ajena.
Perros noctívagos
más que simple referencia lopezvelardiana,
son la representación de Horus, en la actualidad, y lejos del legen-
dario Egipto, en este territorio mexicano y autobiográfico de Mon-
cada Ivar.
“Narración a narración, pueden resultar irritantes los sucesos y
aun los seres humanos, pero no cabe duda que nacen de hechos con-
cretos más sencillos y exaltantes o, aun, exultantes.
“Moncada Ivar, que segó su vida con balas pequeñas y un
gran adiós con sentido del humor, no del todo negro, nos hace
sentir la fuerza de los instantes, el paso del tiempo distante, entre
esos seres que tanto se nos parecen y llegan a ser nosotros mis-
mos: sus lectores.
“A cerca de 30 años del suicidio de Moncada Ivar
Perros noctí-
vagos
señala la envidia y bajeza sin igual de ciertos politicastros
que le negaron el reconocimiento que merecía, hoy evidente con la
publicación de esta obra.”
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Loc. cit.
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