Las demandas del EZLN sintetizadas en los tres ejes de lucha: Democracia, Justicia y Libertad
calaron en lo más profundo del México de fmes de milenio, intelectuales, amas de casa, estudiantes,
campesinos, en fin, todo aquello que llaman sociedad civil voltearon hacia Chiapas
y
pusieron a los
Pueblos Indios en un papel protagónico en la transición a la Democracia de este pais. Frente a este
amplio abanico de apoyo politico
y
social que construyo el zapatismo en su alrededor, el gobierno
respondió con el diseño de una política de contra insurgencia, que formalmente entrará en vigor en la
ofensiva de febrero de 1995, pero que realmente empezó a estructurarse desde el cese al fuego de
enero de 1994.
Dicha política de contrainsurgencia, catalogada por distintos investigadores como Guerra de Baja
Intensidad (GBI) se caracteriza por ser un recurso de naciones y organizaciones "para el uso limitado
de la fuerza 6 la amenaza de su uso, para conseguir objetivos políticos sin el involucramiento pleno de
recursos y voluntad que caracteriza las guerras de
Estado~Naci6n
de supervivencia ó conquista.
Típicamente la guerra de baja intensidad involucra relativamente pocos participantes, en relación con
la importancia de tos objetivos poHticos en riesgo. La GBI puede incluir diplomacia coercitiva,
funciones policIacas, operaciones psicológicas, insurgencia, guerra de guerrillas, actividades
contraterroristas y despliegues
militares~paramilitares
con objetivos limitados. En tanto que la
intensidad puede ser baja, la duración puede ser muy larga".223
Para su implementación la contrainsurgencia en Chiapas ha transitado por dos etapas principalmente,
en la primera diseñó el plan de freno a la insurgencia, para ello aumentó la preparación de sus
efectivos, el equipamiento de sus tropas y la creación de fuerzas de despliegue rápido, como ejemplo
tenemos a la fuerza de tarea Arco Iris. Junto con ello el ejército mantuvo una presencia excesiva de
soldados en Chiapas, oficialmente se reconocen
25
mil, pero se sabe extraoficialmente y como
resultado de las observaciones en la zona de conflicto por parte de los grupos de derechos humanos
de que son hasta 70 mil efectivos los que se mantienen en dicha entidad. La segunda etapa de la
contrainsurgencia dio vida a los grupos paramilitares, que están dedicados a desarrollar una "guerra
irregular", lo que significa que no enfrentan sus fuerzas a las del EZLN sino que aplican una guerra de
desgaste y sobre todo de amedrentamiento de la sociedad civil
y
bases de apoyo. En esta lógica se
han provocado miles de desplazados en la zona de conflicto y asesinatos como los de Acteal y El
Bosque.
La consigna contrainsurgente instaurada por el Ejército Federal, tal como explicitó el programa de la
Secretaría de Defensa Nacional "Plan de Campal"la Chiapas 1994", set"lala como objetivo clave:
m lópez Astrain. Martha Patricia.
La Gueffs
de
Baja Intensidad
en
México,
Ed. UIA y Plaza y VaJdez, México, 1996, p. 26.
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