Pero, decíamos, la nueva circunstancia de reproducción social indígena y campesina no es
homogénea para todas las regiones, pues el territorio donde se asientan marca una diferencia
cualitativa importante en el sentido de que el territorio posiciona de manera diferencial a las
comunidades con el mundo externo al de su mundo interno comunitario; al mundo del mercado con el
mundo comunitario. Esta cuestión no sólo tiene que ver con las regiones en el ámbito nacional sino
también se manifiesta en el nivel de lo local.
Una cuestión que cobra relevancia para el caso de las comunidades indígenas del Estado de México
es que se asientan en un territorio que pone a sus habitantes en una posición lal que se expresa por
intensos contactos con la sociedad de mercado. En este sentido, el territorio en el que se asientan
tiene la característica de configurarse como una región de constante interacción social, económica
y
cultural entre diversos grupos sociales, es decir, los flujos de interacción poblacional se presentan
como un aspecto inherente al"modo de vida de las comunidades indlgenas de la entidad.
La cercanía de centros urbanos importantes, como son la ciudad de México y la de Toluca, así como
la relativa industrialización de algunas cabeceras municipales que rodean a las comunidades
indígenas de la región, convierten a estos lugares en centros atractivos para obtener trabajo, o, para
ser más precisos, para obtener un ingreso monetario que complemente el ingreso total de las
unidades familiares campesinas de las comunidades indígenas. En este sentido, la interacción entre la
sociedad externa a la comunidad (portadora del proyecto de nación mexicana) y la sociedad indígena
tradicional (grupos sociales que poseen un proyecto de vida más cercano a su mundo comunitario
basado en un conjunto de instituciones a través de las cuales se han socializado sus individuos) se da
a través del mercado de trabajo. Pensamos que esta relación es importante
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puesto que a Iravés de
esa interacción cotidiana de gesta un movimiento de personas que se expresa, en la dimensión
cultural, como la salida y la entrada al mundo moderno y al mundo tradicional, lo que podemos
denominar como la interacción de las modalidades de vida rural y urbana.
Dos cuestiones resultan relevantes aquí, que las comunidades se encuentran, estructuralmente,
dentro de los ciclos de la oferta y la demanda del mercado de trabajo, por lo que ven afectadas,
y
subordinadas, sus vidas a Jos tiempos y ciclos del mercado de trabajo que, por otra parte, parece
encontrarse en un estado de crisis permanente
y
de larga duración. La segunda cuestión, es que los
habitantes de las comunidades indígenas encuentran que el trabajo agrlcola, práctica tradicional de su
socialización interna comunitaria, se vuelve imprescindible ante la inseguridad de obtener el ingreso
suficiente, y seguro, a través de sus incursiones en el trabajo asalariado, lo que puede traducirse en
2110 No obstante no es la única pues los movimientos de ideas e imágenes, asi como de bienes es otra cuestión que vincula
los
dos mundos.
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