aquel que manifieste de manera pública su consumo obtendrá mayor prestigio y su estatus
comunitario será legitimado con mayores premios y reconocimientos colectivos.
En la comunidad de la montaña sucede otra cosa, pues aquel que intente sobrepasar un margen de
consumo de bienes, ya sea en la construcción de su casa o en la posesión de autos, es criticado de
manera severa por los miembros de la comunidad, pues la diferenciación social se concibe como un
atentado contra el proyecto comunitario. En este sentido, dicho proyecto es un factor de contención
contra el individualismo que es propiciado por los contactos con la sociedad urbana.
El individualismo es un fenómeno propio de la sociedad urbana, dentro de ella se espera que las
personas se comporten como individuos y no como comunidades o colectividades. Esta característica
propia de la sociedad urbana está generada por la vida dentro de las ciudades, pues ¿cómo
establecer contactos con una masa social de desconocidos si no es a través del individualismo donde
no se pretende conocer a los demás pues, además, eso no implica que la vida social no se lleve a
cabo?
En la comunidad del valle encontramos que el individualismo es una cuestión propia de la vida,
individualismo que se ve reforzado por la presencia del protestantismo en la comunidad. Toda acción
social es evaluada en función del individuo. En dicha comunidad se tolera que las personas se
adscriban a la religión que deseen, se tolera el cambio de religión de la misma manera como se tolera
la diferenciación social de la riqueza. Si bien esto es una manifestación que empieza a ilustrarse en la
comunidad de la montaña, los mecanismos culturales presentan menos tolerancia pues los
comentarios en contra y las continuas juntas comunitarias para tratar el tema se toman muy en serio.
El caso se ilustra a través de este ejemplo, cuando un individuo organiz6 un baile en el que cobrarla la
entrada para obtener una ganancia, los mayordomos se reunieron y concluyeron que el baile no podfa
celebrarse si una parte de las ganancias no se destinaban al mantenimiento de la iglesia, es decir, al
proyecto de unión comunitaria. El baile, que inició como un proyecto del que se querían sacar
ganancias individuales se convirtió en un proyecto de ganancias colectivas.
Pero seria injusto culpar de todo esto a la carretera o al contacto que ésta potencializa a los
habitantes de las comunidades. Si bien es cierto que la carretera, como una manifestación de la
sociedad urbana en el sentido que ésta representa a la sociedad de mercado, es un ponderador que
potencializa
y
transforma las prácticas y las representaciones cultura!es, el verdadero cambio en los
patrones de reproducción se genera por esto último, es decir, por las nuevas prácticas y
representaciones culturales que se ponen en marcha a través de procesos de socialización que se
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