i
.)as
jior
lifs Dccrclos. Sin umbiirgo, cl hcthii dc í|uc
mutilas viviendas f>rc'>cnlan un alto grailo dc dete–
rioro sin tener un alquiler "congelado" uhliga a rula-
livi/ar una "cxplieaeión" euya gencrali/ación
en
la
opinión pública no puede ser prueba dc su
vaJiLic/.
Primero, está cl hecho, fácilmente comprobable
por la investigación hemerográfica, de que muchas
vecindades conocieron desde la etapa de su cons–
trucción pésimas condiciones físicas. Pero, sobre
todo, e! problema del deterioro habitacional dc las
áreas centrales debe entenderse en relación con los
procesos de transformación dc estas áreas, en rela–
ción con las dinámicas que estructuran el desarrollo
dc la ciudad en su conjunin.
No sirve tic
nuK
-lio cjtplicar la priililcm
,'ilÍL-ii
de
la vivienda popular en la ZFi jior la aiñliid especu–
lativa de los propiciarlos i|uc (]uisicran, mcLlianlc cl
desalojo dc .sus inmuebles, rcali/ar cl precio comer–
cial real dc sus tcrrcniís. Eslas aclituiks, adenitis dc
no ser gcneraliy^adas, constituyen un
c
I
l c I o
y no una
causa. Esla debe buscarse en relación eon la dife–
renciación, dentro del espacio metropolitano, dc las
condiciones que determinan las ganancias económi–
cas en un lugar determinado, en esle caso cl centro
dc la ciudad. L o que se ha dado en llamar la "rcva-
lori/ación" del espacio central se debe a la concen–
tración
e n
este espacio dc condiciones que hacen
posible elevar las ganancias; en particular, la pre–
sencia y potencial difusión dc nuevos usos del suelo
que encuentran ahí ventajas dc localización, las
cuales permiten y obtener rentas elevadas.
l.o que está enjuego en cl centro de la ciudad,
anics y después dc los sismos dc l'W.S, es la per–
manencia
«I
no de los usos del suelo menos renla-
blcs y, en forma sobresaliente, del uso habilacional
lie bajo
COSÍO.
("limo se verá en cl inciso 3.4, no todas las
.'«reas comprendidas dentro dc la
ZE
están someti–
das en forma homogénea a procesos dc cambios dc
uso de! suelo y, por ende, a la paulatina sustitución
del uso habitacional popular, Sin embargo, dichos
procesos, acompañados dc un despoblamiento pau–
latino, caracterizan y diferencian globalmente a la
ZE dc otras zonas de habitación popular en cl
Arca Metropolitana. Un objetivo importante de
nuestra evaluación del impacto del programa RHP
consiste entonces en explorar en qué medida dicho
programa representa un freno, un impulso, o una
reorientación de los procesos dc transformación ur–
bana que su venían dando en cl centro dc la ciudad,
antes de los sismtts ile septiembre de l'W.S.
1- <Jiir(lMn t'utrii
iic
Ou'tiíi
/.tinn
wiiuiiicnlc seis priíÜiüK
i-*|intpiiidtw tn la i->tl<iiiNi MíK'ltvimw, 2a. .sctcióii-
2 . i'arii un mc^or dcsítrrnllu dc la incidencia dc
la
locali-
/.ación cenital y dc la techa de urbanización sobre le* niveles
de densidad "[^.slutlio dc Densidadcí, Habitacionales" C O P E V I
(!97H). Tomo tV. pág.
A2-5Í.
Ver también cl plano №
1
.3.
3. í.'onviune tts<:rvar cl lérmino de "•hacinamiejilo" para
dcsiyiiiir cl nümem de pcrsüna,í pnr cuarto.
4. SI cu
I'J42
lucmn 4,ÍKHI predim
y
12il,2Sa
viviendas y
liH-aleK cümcrci;,lcs implicadas pur el Pnnter Decrcli^ de Con­
gelación de Kcnl^i, en l'J7íi cnin ya sólamcnlc 2,447 predios y
ll).(>'*4 viviciid;is o lik-ylcs donde cl ordcnamicnlo legal Icni'a
vijiencM (diiIiM, lie la llireeción dc í'alaslm c Inipucslo I*re-
dial)
1...,16,17,18,19,20,21,22,23,24,25 27,28,29,30,31,32,33,34,35,36,...470