nomica duranle
\a
crisis ha s j j o muy p u i
' i
kcvnesiana. aunque los princi–
pi! i\ Id-vni'sianns de dirección de la cenni-una se adnpiaran cu csle pafs an–
tes i(iie cn
L']
rcsln del conrineiuc c u m p c i ' liahicndo scpiiidii oiras vías para
(¡aranti/ar el pleno empleo
d e sus
ciudadunns ( T h c r h o r n ,
l
' W i . p. 101).
lín vez del concepto poco preciso de • Estado Kcyncsnmo de Bienes–
tar» dcheríamos clasificar a !os Estados en función
d e
dos aspectos o di–
mensiones'
sus
prestaciones sociales y su m lenlación
e n l o
referente al mer-
t a d n de trahajo y
el
pleno empleo. La (desistencia
e n la
déeiida de expan-
sum anterior a
1974
de aumentos en las
|iiLstaciones
sociales, más o menos
pleno empleo y la adopción de ¡deas ke\ lusianas de política económica fue
vin.'i coincidencia coyuntural. Detrás de
elln
se esconden profundas diferen–
cias entre l
()S
países en su concepción de
l.i
relación entre la |iolítica social
publica y ia economía de mercado y en sus instituciones. (. <>n el estallido
de la crisis económica estas diferencias se convirtieron en algo fundamental.
Partiendo de esta idea podemos distinjiuir cuatro tipos (generales de es–
tados socio-económicos.
Esladn\
de Bienestar
Inieryeniioniviis
íuerres.
que combinan una polí–
tica social generalizada con
u n
compromiso institucional con el pleno em–
pico. Succia. Noruega. Austria, también |iodemos incluir a Finlandia, es–
tarían entre estos países, con un gasto medio en política social (un poco
por encima de la medía
d e
la O C D E I v con una política de e m p l e o muy
activa, aunque no siempre eficaz.
Estados
del Bienestar
tumpensainniK
Rlandos,
que tienen prestaciones
sociales generosas pero fundamentalmetile dirigidas a compensar la exis–
tencia de desempleo, con poca influenen en el mercado de trabajo. Por al–
gún lietnpo pueden haber seguido una iTrentación keynesiana basada en el
control de demanda, pero después de
147
' han seguido, cada vez más. una
política económica posikeynesiana. Los eiemplos típicos son Bélgica, D i –
namarca y Holanda. Francis. Italia. AK
"Ti
;u)ia e Irlanda también pertene–
cen a esta categoria, aunque con un menoi
DÍVCI
de generosidnd en sus pres–
taciones.
Estados
orientados
ai pleno
empleo
i un i-scasa poiitica
de bienestar,
con
pocas prestaciones sociales, pero c<>n un c o m p r o m i s o institucional para
mantener el pleno empleo: Japón y Suiza
Estados
orientados
al mercado
con
iim política
de hieiie\tar,
c o n pro–
visión limitada
d e
servicios
siKÍales
y poc.i intervención pública
e n l o
refe–
rente al empleo: Australia, C m a d á . N i i e \ a Zelanda. H E . U l l .
Para esla clasificación el volumen
ilcl
gasto en política social se ha to–
m a d o de las estadísticas
d e
la O C D E (
I
W
^ b . p.
21
) considerando la media
de la OC-DE c o m o la línea de demarcación y la orientación con respecto
al
empleo del trabajo desarrollado cn I tivrborn
(19861
Aunque
la
crisis económica de
I97J
l
'iK.S n o
ha hecho que las campa–
nas tañeran a muerte por el Estado Ke\ ncsiano
d e
B i e n e s i j i , si ha provo–
cado
la
bifurcación del capitalismo avanzado en países que mantienen el
pleno e m p l e o ( A u s t r i a . Japón. Noruega. Succia y Suiza) y países c o n alto
nivel de desempleo, a iodos los indicios permanente (el resto de los putees,
con Finlandia y Nueva Zelanda en una posición intermedian < 4 D E , l9K5c.
p, 125). Esta división no se puede explicar por diferencias en l;i lasa de cre–
cimiento —y/o en el crecimiento de la población a c t i v a — sino solamente
por diferencias en las instituciones nacionales de política economica (Ther-
b o m , 1986), El fracaso de A l e m a n i a , con una economía relativamente fuer–
te, en mantener el pleno empleo, es s o ф r e n d e n l e y explica en gran parte
la intensidad de las criticas al Estado de Bienestar alemán Si bien esta c n -
tica i n t e ф r e t a sociológicamente de forma indebida el fracaso político y la
despreocupación del gobierno de H e l m u t Schmidt у el Banco Federal, Su
consideración c o m o teoría de aplicación general supone la extrapolación
no válida de una experiencia nacional.
El desempleo genera una presión especial sobre el Estado de Bienestar
a través de dos vías distintas: a u m e n t a n d o sus costes y d i s m i n u y e n d o la
base impositiva. E n la medida en que algunas prestaciones sociales, c o m o
los derechos a pensiones, se basen en el historial de t r a b a j o , la persistencia
de desempleo puede reducir algunos costes financieros, aunque es proba–
ble que esta nueva situación despierte, en el largo plazo, demandas de adap–
taciones institucionales. E n términos generales es m u y probable que el Es–
tado de Bienestar del futuro esté sujeto a una m a y o r insegund.rd y que el
malestar con los existentes sea mayor en países con desempleo masivo per–
manente que en países mas próximos al pleno e m p l e o . E n otr.is palabras,
ia conexión del Estado de Bienestar c o n el mercado de t r a b a i o . más que
su t a m a ñ o o m o d e l o de financiación, es el factor más i m p ó r t a m e en la ge–
neración del malestar.
El debate actual en política social sobre c ó m o atajar el desempleo m a –
sivo se está desarrollando por dos vías opuestas. El debate eurofieo, cen–
trado en A l e m a n i a Federa!, gira alrededor de las distintas formas de sepa–
rar los derechos sociales del historial de trabajo. P r o p o n i e n d o el a u m e n t o
de las prestaciones mínimas d e l sistema de Seguridad Social a l e m á n , basa–
d o e n o r m e m e n t e en prestaciones de acuerdo con el historial de t r a b a j o ,
acercándolo al sistema escandinavo y haciéndolo más coherente con los
principios de "ciudadanía social" en la tradición de Beveridge-Marshall, El
borrador de política social del S P D (1986. p, 35) sigue esta linca O t r a aprtv
ximación defiende la existencia de una subvención universal básica para
todo el m u n d o , independientemente de la situación y c o m p i i r t a m i e n t o del
mercado de trabajo Los verdes alemanes y algunos pequeños pariidos de
izquierda apoyan esta propuesta. Las dos líneas tienen sus vanantes neoli-
berales-minimalislas. v soci a Idemóc ra tas/verdes/izquierdistas maximatistas
U n buen repaso de este debate E u r o p e o se puede encontrar en e) n ú m e r o
especial de la revista mensual belga
La Revue
Souvelle
( n ,
4 .
1985),
La historia de los estados de bienestar demuestra que no son c o m o ve–
letas, sino c o m o petroleros, moviéndose a velocidad cambiante y variando