mucho más U coasigna stalinista sobre la posibilidad de construir el socialismo en
un país que la abstracta idea trotskista de la "revolución permanente". La falsa
preocupaciím paternal de Stalin por su propio pueblo pesaba mucho más que el
aventurerismo de Trotsky, incrédulo y exportador de revoludones a países ajenos.
La legión de propagadores partidistas, creciente numéricamente yfielfanáti–
camente a Stalin, inventó una leyenda negra sobre eí firme partidario de Lenin y el
enemigo del leninismo. "Georgiano admirable" y "Judas Trolsky" {ambos califica–
tivos sacados del archivo leniniano, inesperadamente citados luego como nombres
bíblicos) se convirtieron en sinónimos del bien y del mal, respectivamente.
Por una parte, el indoblegable bolchevique Stalin, siempre fiel a Lenin, y por
la otra, el menchevique "congènito" Trolsky, quien se unió a Lenin sólo en ta vís–
pera de
bt
revolución de octubre. A decir verdad, éste ultimo llamaría a Trotsky^
al cabo de [юсо tiempo, "jefe eminente".
El muy bien adiestrado y todopoderoso aparato del partido creó en un corto
plazo un imbiente hostil respecto a Trotsky entre la "masa" de comimistas en
consecuente crecimiento que sabía poco de los méritos del comisario del pueblo
ante la revolución. Mientras el mismo Trotsky, quien se encontraba en un estado
de euforici política y vivía solamente de los recuerdos de las recientes victorias en
los frentes de la guerra civil, seguía calificando desdeñosamente al Stalin vengati–
vo como
"mediocridad más destacada".
El fracaso personal de Trotsky constituyó una etapa en el
аПапгаш1еп1о
del
poder ab«'>luto de Stalin y del régimen totalitario en el país y luego fuera de éste.
Los aliados de Stalin, provisionales y poco perspicaces, procedentes de la cada
vez mentvs numerosa "guardia leninista", demostraron con su falta de principios
individual y colectiva la posibilidad de azuzarlos impunemente unos a otros bajo el
pretexto (le la lucha permanente contra toda dase de "sectas", "desviaciones" y
"oposiciones". Se comenzó a comprender todo ello sólo en la época del Gran Te–
rror. Por ello, cuando Zínóviev y Kámencv, Rikov y Bujarin, Frunze y Kirov ape–
dreaban
il
Trotsky y a sus partidarios poco numerosos, cavaban la tumba a sí mis–
mos y, peor todavía, a la perspectiva de un desarrollo democrático de país.
Los partidarios de Lenin, fusilados luego en su mayoría, participaban, más o
menos activamente, en la campana de represiones contra Trolsky: su deportación
a
Almi
Ala y luego su exilio al extranjero. La propaganda stalinista declaró a
Trolsky fascista, agente de lodos los servicios de inteligencia reales e inexistentes,
espía y saboteador internacional que vendía al por mayor y al por menor el país de
los soviets.
El mismo Trotsky perdía cada año más el sentido de la realidad. Esperaba un
derrocamiento de la "camarilla de Stalin" y una invitación al Kremlin para organi–
zar la "revolución proletaria a escala mundial". El odio hacia su enemigo princi–
pal le empujó a escribir una serie de panfictos de carácter antistalinista.
A l() largo de decenios el "trotskismo" se consideraba en la Unión Soviética
una palabra más injuriosa. Según la lógica bolchevique de los años de preguerra,
la socialdemocracia era peor que el fascismo, y el trotskismo peor que la so–
cialdemocracia.
Hoy en la URSS se quita el tabú del nombre de Trotsky. Hace poco, se ha
editado en Moscú su compilación
Acerca de la historia de la revolución rusa;
se
preparan para la publicación otros trabajos. Por primera vez, en la endc]o[}edÍa
Gran revolución socialista de octubre,
Trotsky fue calificado como político y no co–
mo "espía internacional", Es necesario decir toda la verdad histórica sobre
Trotsky, viendo en estafigurano el enemigo del socialismo en antigua inlerpreta-
dÓD
de este término, sino el enemigo personal de Stalin, Pero hay que evitar que
la campaña de difamadón se traduzca, como suele suceder en nuestro país, en
una campaña de publiddad desmesurada.
Los comunistas soviéticos no dejaban de repetir de año cn año que el marxis–
mo-leninismo no era un dogma, sino una gula para la acción. Entre tanto, las
obras de Marx, Engels, Lenin у, posteriormente, del Stalin canonizado se convir­
tieron en una espede de Escritura Sagrada, ajena a todo pensamiento vivo y crea­
dor La dialéctica fue sustituida por !a metafísica más anquilosada. Si excluimos la
anatematización de Stalin después del XX Congreso del
PCVS,
tal situación reinaba
en nuestras ciencias sociales hasta los últimos tiempos. El socialismo en la URSS
se denominaba real, desariolíado o en desarrollo.
Marx, Engels y Lenin fueron convertidos en ¡conos. Pero eslos grandes pensa–
dores y revolucionarios eran hijos, y a veces prisioneros, de su época con todas sus
contradicciones y errores. Hoy es imposible pronosticar el futuro de la civilización
mundial, basándose en
El capital o El manifiesto comunista
de Marx. Igualmente,
El Eslado y ¡a revolución
de L,cnin (eslablecimieulo de la dictadura del proletaria–
do como la única estructura posible de lodo Estado verdaderamente socialista)
puede ser valorado hoy como búsqueda frustrada de un modelo má^co de desarrollo.
hos
comunistas soviéticos están abiertos hoy, sin prejuicio alguno, a estudiar
cualquier modelo de desarrollo social, por ejemplo el afianzado cn los países es–
candinavos; están abiertos a dialogar con representantes de todas las orientacio–
nes del pensamiento y la práctica sodalistas, incluida, naturalmente, la Internacio–
nal Sodalista. Otra cosa es que no podemos copiar modelos ajenos. Por ello, la
perestrotka
es la búsqueda, basada en nuestra propia expeiiencia histórica, de un
modelo de desarrollo socialista que corresponda a lo específico del pasado, el
presente y el futuro de Rusia y de otras repúblicas soviéticas.
La
pereslroika
en la Unión Soviética empezó por reformas políticas muy pro–
fundas, por el proceso de democratización que garantizó la libertad a todo ciuda–
dano. La transparencia informativa quitó el velo de las cosas aparenlerocnle más
recónditas, permitió a la gente limpiarse de ia inmundicia: temor, mentira e hipo–
cresía. Por vez primera se hizo realidad la consigna "itodo cl poder a los soviets!".
Las estructuras del partida y de gobierno entregaron el poder supremo a los con–
gresos de diputados populares y al parlamento. El cuerpo de diputados fue elegi–
do a base de pluralidad de candidatos.
El partido comunista renunció voluntariamente a) monopolio sobre el poder
político. En el país funcionan muchos partidos y movimieutos políticos, entre ellos
el partido constitucional-democrático (partido de la libertad popular), el partido
de demócratas constitudónales, el partido sodaldemócrala de Rusia, la unión de-
1...,68,69,70,71,72,73,74,75,76,77 79,80,81,82,83,84,85,86,87,88,...277