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En cuanto a las garitas, siguiendo el proyecto
de Castera, se dejaron en funcionamiento únicamen-
te cinco: por el sur quedaron abiertas las garitas de
La Candelaria y La Viga; por el oriente la de San
Lázaro; por el norte la de Peralvillo y por el poniente
la de Belén. El resto de los puestos aduanales fueron
cerrados y muchos de ellos, incluso abandonados
durante este período.19
Las cinco garitas que continuaron en uso, fue-
ron utilizadas además como puestos de control y de
vigilancia. En ellas se alojaron destacamentos milita-
res y policías encargados de llevar un registro y re-
visar que la gente portara el pasaporte, que durante
estos años emitió la Junta de Policía y Seguridad,
pues quienes pretendían salir o entrar sin el docu-
mento oficial estaban expuestos a ser acusados de
vagos o sospechosos de ser rebeldes.
20 AGN, Historia, vol. 37, ff. 107-114
19 Con excepción de las garitas de
Vallejo y Nonoalco que aunque dejaron
de funcionar para el cobro fiscal, sirvie-
ron como puestos militares.
A esta función temporal de las garitas se debió
el que las autoridades militares llevaran a cabo la
fortificación de estas construcciones. Hacia 1815, se
encargó al arquitecto José Mariano Falcón el proyec-
to de las obras, que además incluía la construcción
de puertas de entrada en estas mismas garitas. La
supervisión estuvo a cargo también del subinspector
de artillería José Joaquín Ponce, ya mencionado, y
del teniente Hermenegildo Gordoncillo.20
De acuerdo con los planos y la información do-
cumental, se construyeronmuros defensivos alrededor
de las garitas de La Candelaria, San Lázaro, Belén y
Peralvillo, así como Vallejo. (Ver Plano 7. Fortificación
garita de Peralvillo; Plano 8. Fortificación garita de La
Fortificación garita de Peralvillo
Fortificación garita de La Candelaria