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a dimensiones y solución arquitectónica, estos pues-
tos aduanales se caracterizaron por la construcción
de un pórtico en su frente. En este sitio se hacía la
revisión de los cargamentos y del equipaje de las
personas que ingresaban a la ciudad, y era desde
donde los empleados fiscales hacían guardia por las
noches.
Pronto las garitas se convirtieron en una refe-
rencia obligada en las entradas de la ciudad, como
lo atestigua de forma expresa la siguiente referencia
hecha por el oidor Baltasar Ladrón de Guevara: “…
en los arrabales o extremos de la circunferencia se
hallan situadas las garitas que equivalen a puertas
por donde se entra”.
2
Esta idea se reforzó cuando se construyeron
efectivamente puertas sobre algunas de las calza-
das, para sustituir las trancas, siendo los propios
guardas de los puestos aduanales los encargados
de custodiarlas. El uso de las expresiones “garitas a
afuera” o “garitas para adentro” en documentos no-
vohispanos de la época, muestra el significado que
tenían estas construcciones para determinar si algo
estaba fuera o dentro de los límites urbanos.
Para principios del
xviii
estaban ya construidas
trece garitas alrededor de la ciudad, a una distan-
cia aproximada de kilómetro y medio (Ver Plano 1.
Resguardo fiscal de la ciudad de México). Al norte
se ubicaron tres: la de
Peralvillo
, sobre la calzada de
Guadalupe (hoy calzada de los Misterios y Reforma);
la de
Santiago
o
Vallejo
sobre la calzada Vallejo y la
de
Nonoalco
sobre el camino a Azcapotzalco (hoy
avenida Ricardo Flores Magón). Al poniente, otras
tres: la de
San Cosme
sobre la calzada del mismo
nombre, también llamada de la Tlaxpana (hoy Ave-
nida Ribera de San Cosme); la del
Calvario
sobre
la calzada del mismo nombre (hoy calle de Serapio
Rendón y Gómez Farias) y la de
Belén
sobre la cal-
zada de Chapultepec (hoy Avenida Chapultepec y
2
Reflexiones y apuntes sobre la ciu-
dad de México…,
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R
esguardo
fiscal
de
la
ciudad
de
M
éxico