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La Corona española, con el fin de contrarrestar
los ataques de piratas, corsarios, bucaneros y filibus-
teros, continuó con el reforzamiento de las murallas,
baluartes, vigías, torres de vigilancia y casas fuertes
sobre los caminos de transporte, abastecimiento y
de escape para proteger sus territorios.
El hijo de Bautista Antonelli; Juan Bautista apo-
dado el mozo, buscó nuevas soluciones para com-
plementar el sistema defensivo existente en Carta-
gena y Portobelo.El ingeniero militar Agustín Crame,
visitador general de las fortificaciones de América,
se encargó de regular los gastos destinados al siste-
ma defensivo y de establecer una estrategia para la
protección de las fortificaciones.
Gracias a esta labor de reconocimiento, Crame
legó a la arquitectura militar la magnífica cartografía de
ciudades y lugares fortificados que realizó entre 1778 y
1779 y que quedaron registrados en el Corpus Urbanísti-
co, además de la sustitución, influida por la escuela fran-
cesa, de las fortificaciones, que hoy nos ocuparon.
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Conclusiones
Desde la fundación de las ciudades, la Corona españo-
la se preocupó de proteger los puertos con este mag-
nífico conjunto de fortificaciones que fueron modificán-
dose a lo largo de los siglos de la época colonial.
El plan global de protección de los puertos en-
cargado por Felipe II con tan formidable sistema de
fortificaciones perdió su funcionalidad y dejó de ser
necesario por la supresión del sistema de galeones.
La supremacía de la Armada Española se fue
deteriorando e Inglaterra decretó la supresión y la
persecución de la piratería en todas las colonias, y
los corsarios se convirtieron en proscritos. Los fuer-
tes fueron abandonados o utilizados como prisiones
y en este largo tiempo perdieron su estabilidad es-
tructural y se deterioraron.
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González Aragón, Jorge; Rodrí-
guez Viqueira, Manuel; Rodrigo Cervan-
tes, Norma Elisabethe. Op.Cit. Pág.27.
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