110
111
rrollo de la artillería, desconocida por los indígenas
americanos.
Esto puede apreciarse en conventos y palacios
fortificados, fuertes o recintos amurallados desde el
siglo XVI, pero hacia el final del siglo XVII, la con-
frontación entre europeos especialmente franceses,
ingleses y holandeses - todos ellos poseedores de
artillería - que amenazan el control español, espe-
cialmente en las ciudades costeras, provoca que
se lleven a cabo intensos trabajos para fortificar un
buen número de puertos. Desde Buenos Aires y
Montevideo al sur, hasta Montreal y Québec al norte,
en la fachada atlántica y desde Valparaíso y la im-
presionante fortaleza del Callao en Perú al sur, hasta
California al norte, en el litoral Pacífico.
Se protegen con construcciones variadas los
puntos estratégicos del Pacífico para el comercio
con Asia y los puertos de las islas del Caribe, es-
calas obligadas entre la metrópoli y la parte central
del continente americano – independientemente de
su propia importancia productiva – como sucede
en Acapulco, Veracruz y Campeche en México, La
Habana y Santiago en Cuba, San Juan en Puer-
to Rico, Cartagena en Colombia y en Panamá, por
ejemplo.
Temiendo a veces incursiones tierra adentro,
más allá de los litorales aparecen desde esa épo-
ca sitios fortificados para cuidar accesos o vías de
comunicación desde los puertos hacia otras pobla-
ciones o regiones del territorio como en el caso de
Haití o el importante fuerte de San Carlos en Pero-
te, Veracruz y los fuertes de Guadalupe y Loreto, en
Puebla todos ellos en México.
Es importante tomar en cuenta los elementos
característicos que configuran la importancia que
actualmente se debe atribuir a este tipo de monu-
mentos americanos que conocemos como fortifica-
ciones:
1. Son construcciones que poseen una historia
más corta que las europeas pero son muchas veces
testimonio de un gran acontecimiento histórico.
2. Frecuentemente están relacionadas con la
Independencia Nacional o con la defensa del país
frente invasores.
3. Se relacionan muchas veces con la historia
de una nación y son elementos valiosos para la inte-
gración de la identidad nacional.
4. Suelen ser símbolos de un pasado colonial y
de un pasado independiente en
épocas más recientes, lo que también fortalece
su componente inmaterial como bien cultural.
5. Por todo lo anterior son bienes culturales que
suelen poseer mayor valor como documentos histó-
ricos, más allá de sus calidades constructivas, arqui-
tectónicas y estéticas.
6. Los recintos urbanos se superaron desde el
siglo XIX en la mayoría de los casos, al presionar so-
bre ellos un desarrollo urbano acelerado, tanto des-
de el interior como al exterior de las murallas.
Todo esto se relaciona con la ideología de las
sociedades que heredaron las fortificaciones y nos
lleva también al fenómeno de “la segunda historia”,
que incide sobre los bienes culturales.
Desarrollo moderno y situación
actual de las fortificaciones
El desarrollo se ha traducido muchas veces en agre-
siones a las fortificaciones, más destructivas que las
logradas por la misma artillería. Si relacionamos el
impacto del desarrollo actual con las características
propias de estos edificios, encontramos lo siguiente,
siguiendo el orden planteado en el punto I;
H
aití
. L
a
citadelle
. (SDB)
1...,100-101,102-103,104-105,106-107,108-109,110-111,112-113,114,115,116-117 120-121,122-123,124-125,126-127,128,129,130-131,132-133,134-135,136-137,...320