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pre es la estructura más importante; manifiestan un
marco estructural de madera; buscan mostrar las
cualidades naturales de los materiales y la belleza
mecánica y lógica de la estructura. Así, las antiguas
ciudades chinas han retomado muchas de estas ca-
racterísticas en su planeación y construcción, ade-
más de haber sido diseñadas bajo el concepto de
“cielo curvo y tierra cuadrada” como explicación a
su carácter ortogonal. Hacia el período comprendido
entre 618 y el 907 AD (Dinastía Tang), surge la ciu-
dad amurallada y en su interior una segregación en-
tre las áreas residenciales y las comerciales, dentro
de un patrón de retícula. Eventualmente, las nece-
sidades militares de control interno y protección del
exterior, forzó a que las ciudades fueran dispuestas
para asegurar las necesidades militares de los em-
peradores. Esta última forma de ciudad constituyó
un modelo (desde el año 770 BC hasta la Dinastía
Ming) que es el que actualmente se puede apreciar
en las distintas ciudades antiguas mejor conserva-
das. En este modelo encontramos, además de las
características arriba mencionadas, un desarrollo
ulterior: la mitad frontal de una ciudad en “damero”
era reservada para las actividades comerciales y de
trabajo en general; en tanto que en la parte central
se ubican las actividades ligadas con la vivienda y el
esparcimiento. El sistema de vías se estructuraba en
tres avenidas principales que cruzaban dicho dame-
ro, y al encontrarse con la muralla defensiva, remata-
ban con un una puerta. El palacio imperial se situaba
al centro de la ciudad que, a su vez se rodeaba de
una muralla defensiva. De esta manera, las ciudades
presentaban una doble defensa con sus dos siste-
mas murarios. En algunos casos encontramos, in-
cluso, un tercer sistema al rodear al palacio con una
“ciudad imperial” donde se ubica la real burocracia.
En consecuencia, la defensa del palacio y, por ende,
de la familia real estaba triplemente asegurada. En
términos muy amplios, a partir de esta información
podemos inferir que el desarrollo de las murallas, en
su gran mayoría, se relaciona con esta breve historia
del urbanismo chino.
Existen, igualmente, estructuras murarías que
se asocian a sitios militares (y de otra especie) que
no coinciden con núcleos urbanos densos. El ejem-
plo principal es la multicitada Gran Muralla China, de
la cual tratamos a continuación, dada su gran impor-
tancia como ícono emblemático del gobierno chino,
tanto como caso complejo que presenta los proble-
mas relativos a la conservación.
La Gran Muralla
Son muchos los temas, y muy amplia la información,
que se pueden desarrollar sobre la muy conocida
Gran muralla China. Por ello, y para los fines de este
texto, trataremos brevemente algunos puntos en re-
lación a este sistema murario, que son menos fre-
cuentes en la amplia literatura.
Como ya se mencionó anteriormente, este mo-
numento se ha convertido en un emblema utilizado
por el gobierno chino que representa la unidad del
pueblo y virtudes tales como el duro trabajo, la vo-
luntad y el ingenio chinos, a la vez que remite a un
pasado rico y poderoso. Sin embargo, una revisión
rápida de su historia nos muestra que, por ejemplo,
la construcción de este enorme sistema se liga con
el prolongado problema de repeler a los invasores
mongoles que por muchos siglos representaron un
gran peligro a la seguridad y economía de los ha-
bitantes distintos imperios que conformaron China.
O bien que el tramo de la Muralla que hoy en día
se visita intensamente, es sólo una pequeña sección
reconstruida y adecuada, del sistema que compren-
de miles de kilómetros de estructuras arqueológi-
cas con distinto sistema de construcción y nivel de